Capítulo 9 Ocho

-Entonces... ¿Vendrás?- Pregunta Irya.

Parpadeo rápidamente, tratando de recordar a lo que se refiere, pues no he estado prestando mucha atención en los últimos minutos de la conversación.

-¿A qué?

-¡A la función del cole, Haley!- Pone morritos ante mi falta de atención. -Ya te lo he dicho, soy casi la protagonista.

-¿Qué significa ser "casi la protagonista"?- Elevo una ceja ante su expresión.

-Pues que no soy la prota, pero realmente soy más guay que ella.

-¿Y eso?

-La prota es la buenecita que siempre le hace caso a los padres. Yo también hablo mucho, pero no soy tan tonta como ella.

-Obedecer a tus papás no es ser tonta- La regaño.

-Pero es de ser aburrida.

-Bueno, eso es muy discutible.

-Tú no siempre obedeces a tus papás.

-Pero yo tengo veinte años, tú tienes ocho. Yo ya soy mayor y puedo tomarme ciertas libertades.

En algunos temas... Bastantes libertades. No estoy orgullosa de las veces que he desobedecido a mis padres o tíos, pero lo consideraba necesario, pues hay cosas que ellos jamás van a entender. Es por esa razón que les he mentido en esas ocasiones.

-Tengo ganas de ser mayor- Hace un puchero. -Estoy harta de ser pequeña.

-Créeme, no lo estás. La vida es mucho más complicada cuando eres mayor.

-Pero puedes hacer lo que quieras.

-Sí, pero tienes consecuencias y... No tienes una libertad real. Además, tienes muchas más preocupaciones.

-Yo también tengo preocupaciones.

-No lo dudo, pero... No es lo mismo.

-Puedo actuar mal en la obra. Además, tengo que cantar y... No, eso no puede salir mal, porque yo canto muy bien.

-Lo harás perfecto todo, y nosotros estaremos ahí entre el público, apoyándote.

-Eso espero, pero bueno, aún nos queda hasta febrero para practicar.

En el nuevo colegio de Irya hacen muchas más actividades que en el antiguo, lo cual tiene sentido, porque tienen más niños y más presupuesto. También hacen viajes importantes a final de curso, cuya duración depende del año en el que se encuentren los niños. El de Irya dura una semana y ella ya está deseando que llegue ese momento, a pesar de que aún falta mucho.

Sus padres están más preocupados y no tan conformes con la idea, porque ella nunca ha pasado un día entero sin ninguno de ellos. Pero bueno, supongo que aceptarán y acabarán firmando el permiso, pues el viaje tiene mucha fama dentro del colegio, nadie se lo quiere perder. Y además, todos los amiguitos de Irya irán.

Que esa es otra cosa, me impresiona lo sencillo que es para esa niña hacer amigos. Ahora está en un grupo de cuatro, con otras dos niñas y un niño. El niño también era nuevo en la clase, lo cual no es nada extraño, porque con la muerte de Thomas han regresado bastantes familias a la capital. Irya nos contó que la tercera parte de su clase eran niños nuevos como ella.

Me alegra que se haya adaptado también y que esté tan feliz, porque no es fácil tener que mudarse de ciudad y, encima, de reino. Sé que esto les ha quitado un peso de encima a sus padres, porque sentían que le habían dado muy poca estabilidad en los últimos meses.

Pero bueno, parece que ahora pueden tener paz de nuevo. El tío Will trabaja con papá en el Palacio y la tía Mel decidió trabajar en horario parcial por las mañanas en una joyería, para poder recoger a Irya a la salida de la escuela. Como ahora Gladys se encarga de la casa, ella tiene poco que hacer por las mañanas, y nunca le ha gustado estar ociosa. Es por eso que decidió ponerse a trabajar, a pesar de que no necesitan el dinero.

-¿El príncipe sigue intentando conquistarte?- Irya cambia de tema ante mi silencio.

-No tanto, la verdad. O, al menos, no lo hace tan obvio.

El ambiente entre los mellizos Valencourt y nosotros ha estado tenso estas tres últimas semanas, desde que papá nos obligó a disculparnos con ellos. Dominic parece que se arrepiente un poco de haberse chivado a sus padres. No creo que sea porque crea que hizo algo mal, sino por mi reacción ante lo que pasó.

He limitado el contacto con él al estrictamente necesario, porque es la única forma de no cagarla. Le miro lo menos posible y sólo le hablo cuando me pregunta algo o se refiere a mí en algo. Trato de no responderle de forma seca para no mostrarme tan arisca y que se lo cuente a sus padres, pero... Es difícil.

Sophia, en cambio, parece muy feliz con lo que sucedió. En su mente lo que pasó fue que nos dieron una lección, especialmente a mí, y parece darle igual lo que piense Matt al respecto. A ella le puede más el orgullo y el ego. Sinceramente, se me está haciendo demasiado larga su estancia. ¿Cuánto más van a tardar mis padres y los suyos en firmar lo que sea que tengan que firmar? Si ya llevan casi cuatro semanas aquí.

-¿Es eso cierto?- Gladys viene hacia nosotras. -¿El príncipe Dominic ha tratado de conquistarla?

-Sí, pero a Haley no le gusta- Responde Irya por mí.

-Pues debe ser usted una de las pocas chicas que no harían cualquier cosa por tener la oportunidad de ser la novia de un príncipe- Comenta ella.

-Haley es una princesa, así que ella no necesita a ningún príncipe- Proclama Irya con orgullo notable. -Y bueno, ella tiene que aspirar a más.

-¿A más?- Gladys ríe. -No creo que se pueda aspirar a más que eso, señorita Russell.

-Claro que se puede, un rey.

-Bueno, sí, pero... Dominic se convertirá en rey- Le recuerda. -Cuando su padre muera o abdique.

-Pero será un rey vergoso.

-¿Cómo dice?- Gladys alza las cejas, mirándola sin comprender.

-Se refiere a que será un rey mediocre- Traduzco yo.

-Nunca había escuchado la expresión "vergoso" para referirse a eso. Aunque, a decir verdad, nunca pensé que alguien se referiría a un rey como mediocre.

-Bueno, en comparación con vergosos como David supongo que es superior, pero... en comparación con otros miembros de la realeza, es claramente inferior y mediocre.

-Sí que es cierto que la realeza de Savyrgo siempre ha estado por debajo de la de Velstand- La pobre señora no entiende a lo que se refiere la niña. -Pero yo no definiría a los Valencourt como mediocres, a pesar de que sí pienso que el Rey Julen es superior al rey Brogan.

-Yo no hablaba del tío Julen- Aclara Irya.

-¿Ah, no?¿Y entonces de quién hablaba, señorita Russell?- La observa, realmente confundida esta vez.

-Del rey Alexander.

Gladys abre los ojos como platos por la sorpresa y da un paso hacia atrás espantada, como si Irya hubiese soltado tremenda aberración de la naturaleza.

-Eso no se puede decir- Farfulla unos segundos después, cuando se recupera del susto.

-¿Por qué no?

-Porque...

-¿No se pueden decir verdades?

-Señorita, esas no son verdades. El rey Alexander es el enemigo de sus tíos y de los padres de la señorita Antilles, aquí presente. No debe decir que él es superior.

-A Haley no le importa, ¿Verdad, Haley? Ella sabe que Alexander es el rey más poderoso y también el mejor.

-Quizás sí sea el más poderoso- Concede Gladys. -Pero sólo es debido a las circunstancias. Si no fuese por lo que hizo su padre... Quién sabe cómo estarían las cosas ahora.

-Pues yo creo que Alexander seguiría siendo el mejor- Irya se encoge de hombros.

El sonido de la puerta de entrada abriéndose interrumpe la inminente réplica de Gladys, por suerte, pues no creo que la conversación fuese a terminar bien.

-Buenas- El tío Will entra en el salón, seguido de cerca por su esposa.

-Buenas tardes, señores Russell- Gladys los saluda.

-Papá, mamá, ¿A que Dominic será un rey vergoso?¿A que sí?

-¿Los vergosos no eran sólo los Beckeler?- Pregunta su madre.

-No, son todos los mediocres que piensan que son increíbles. Como Dominic. Y Berongan.

-Brogan- La corrige su padre.

-Eso. Qué nombre más feo.

-Los Valencourt no son de nuestro especial agrado, la verdad- Confiesa él. -Pero no vayas diciendo esas cosas de ellos, que ahora vuelven a ser aliados de Velstand.

-¿Ya está decidido?- Pregunto yo, con la esperanza de que sea así y que por fin se vuelvan a su reino.

-Casi, sólo faltan unos flecos por concretar. Creo que en los próximos días tendremos un anuncio oficial. La semana que viene, a más tardar.

-Y después se irán, ¿Cierto?

-Así es, pero volverán. Los vas a ver bastantes veces de ahora en adelante. Es lo que tienen las alianzas... Si queremos su apoyo, vamos a tener que soportarlos.

Sé que me estoy comportando como una inmadura en este aspecto, porque sólo me está importando mi comodidad y no me estoy dando cuenta de que hay cosas mucho más trascendentes. Ahora es esencial el apoyo de los Valencourt y no nos podemos permitir el lujo de desdeñarlo sólo porque no nos agraden.

Decido volver al Palacio ya, porque si no estoy presente en la cena me reprenderán. Según mi madre, ausentarme sin motivo justificado podría interpretarse como una falta de respeto hacia ellos. Podrían pensar que utilizo cualquier excusa para no verlos, cosa que es cierta.

Suspiro y me subo en el carruaje que me trajo junto a los guardias que me acompañaron hasta la casa de mis tíos. La verdad es que no me siento del todo cómoda con los guardias, a pesar de que sé que su único objetivo es protegerme. Pero no sé... Ya tengo malas experiencias con guardias, aunque no fuesen los de este reino.

Y bueno, también siento cierta desconfianza hacia ellos. Al igual que los guardias rojos sólo obedecían a Thomas, me da la sensación de que los guardias azules sólo obedecen a papá. Siguen al pie de la letra sus órdenes y únicamente las suyas. Nos protegen porque él les dice que lo hagan, pero realmente ellos hicieron un voto para seguir en todo al rey. Lo que pasó el día de nuestra casi ejecución ha dejado claro que un guardia incluso atacaría al heredero con tal de no desobedecer al rey.

Llego al comedor, pero resulta que aún están terminando de preparar la cena, así que tengo que esperar. Decido ir a buscar a alguno de mis hermanos y uno de los sirvientes me dice que Matt está en la biblioteca, así que bajo hacia allá.

Eso me recuerda que Emma me pidió que cogiese prestados un par de libros de la biblioteca real. Como es la del Palacio es enorme y tiene miles de ejemplares, así que seguramente esté aquí lo que ella busca. Ventajas de ser amiga de la princesa, supongo, porque nadie más tiene permiso para llevarse los libros, sólo la familia real.

La biblioteca tiene tres plantas y me recorro la de más arriba sin encontrar a mi hermano, así que desciendo a la intermedia, en la que tampoco está. Esto me extraña, porque la parte de abajo es aquella en la que se encuentran los libros que menos usamos o que menos interés tienen para nosotros. Es raro que Matt esté leyendo algo aquí.

Me extraño más cuando, a medida que bajo las escaleras, me parece escuchar voces y una conversación. ¿No se supone que está solo? Camino de puntillas, acercándome al sonido, tratando de hacer el menor ruido posible para que no me descubran.

Pienso que se tratará de Ry, pero enseguida me doy cuenta de que no es así cuando la voz de la persona con la que conversa se revela como femenina. Y no la de cualquiera, reconozco ese tono de voz, pertenece a... ¿Elianna?

¿Qué hace Matt a solas en el sótano de la biblioteca con la menor de los Valencourt? La sorpresa me embarga aún más cuando comienzan a reírse de algo. Parece que se lo están pasando en grande el uno con el otro, porque sus carcajadas son... Genuinas. Ninguno de los dos suena forzado.

Esto es algo que sí que no me esperaba, que ellos dos se llevasen tan bien. Es decir... Sé que Elianna no es insoportable como sus hermanos mayores, pero... Parecía que a Matt tampoco le gustaba tener a ningún miembro de la familia Valencourt aquí y que ella quería volver a su reino, pero ya me ha quedado claro que no es el caso.

Me voy por donde he venido, porque sinceramente no quiero interrumpirlos sin tener un buen motivo. Sé que mi presencia les cortaría el rollo por completo, pues si están aquí abajo alejados de todo y de todos... Es por algo. Rezo para que no escuchen alguna pisada, y en completo silencio abandono la biblioteca.

Necesito contarle esto a alguien y tengo la suerte de encontrarme a Ry en la escalera principal, que ya baja para cenar.

-No te vas a creer lo que acabo de ver- Comienzo, notando cómo se me sale una sonrisa involuntaria.

-¿El qué?

-Matt estaba con Elianna en el sótano de la biblioteca- Bajo la voz para asegurarme de que nadie escuche lo que voy a decir. -Solos y riéndose de algo, me ha dado la sensación de que...

-¿Otra vez?- Su pregunta me sorprende, pero él también lo está.

-¿Cómo que otra vez?- Lo observo con los ojos entrecerrados. -¿Te has guardado un chisme tan importante, Rylan Antilles?

-Los pillé ahí la semana pasada- Confiesa. -Venía a buscarle un libro a Gabriel, pero escuché sus voces y bajé a ver. Estaban sentados en una mesa, traduciendo unos textos juntos.

-¿Traduciendo unos textos?

-Sí, es que al parecer a Elianna le gusta mucho todo ese tema de las lenguas antiguas y ahora está estudiando una que estuvo vigente en la zona de Velstand y Savyrgo hace como mil trescientos años.

-Joder.

-Sí. Y bueno, pues Matt la estaba ayudando con eso, porque ya sabes que se le daba muy bien cuando era crío. Al parecer lo recuerda todo, lo cual es impresionante, porque yo me puse a pensar y creo que no sabría traducir ninguna palabra.

-La está ayudando- Repito con incredulidad.

-Eso me dijo, sí. Luego le pregunté en privado y me dijo lo mismo.

-¿Y le crees?

-Claro que no. O sea sí, creo que la está ayudando, pero no se debe precisamente a su infinita generosidad.

-No creo que a Sophia le agradase nada esta nueva cercanía entre su hermana y Matt si se llegase a enterar- Reflexiono. -Entiendo por qué se ocultan ahí abajo.

-Sinceramente... Los Valencourt pueden querer que sea Sophia, pero es que Matt no tiene absolutamente ningún interés en ella, y no me extraña para nada. A mí ni siquiera me parece muy atractiva físicamente y ya con su personalidad... Te tira para atrás.

-No es nada fea, pero desde luego que no es nada del otro mundo- Concuerdo. -No sé a dónde va con esos humos.

-Lo importante es que Matt ha elegido a la hermana correcta.

-La verdad es que yo creía que no iba a elegir a ninguna. ¿No dijo él que no le interesaban las princesas?

-Así es, por lo que si se confirma que le gusta va a quedar como un payaso. Él dice que no y me trató como si estuviera loco, así que estoy esperando a que pase algo más entre ellos para restregárselo.

-Quizás ya haya pasado.

-Nah, yo creo que están en la fase de hablar, conocerse, reírse de los chistes sin gracia del otro... La fase en la que aún no admites que la otra persona te gusta, aunque los que os ven juntos lo notan.

Mamá nos interrumpe para avisarnos de que la cena ya está lista, y por un momento me asusto pensando que ha podido escuchar algo, pero enseguida me relajo. Creo que si lo supiera se lo podría contar a los Valencourt y comenzaría el drama, cosa que es preferible evitar.

Durante la cena me dedico a estar en silencio sin prestar realmente atención a la conversación general, pues lo que he visto en la biblioteca ocupa mis pensamientos por completo. Matt y Elianna llegan por separado, primero ella y un par de minutos después él, por lo que deduzco que no tienen ninguna intención de que lo que sea que haya entre ellos se sepa.

En varios momentos siento la mirada de Dominic sobre mí, la cual me pone bastante incómoda. No deja de hacerlo en toda la cena, y es como si quisiera algo pero no se atreviera a revelarlo.

Cuando acabamos me levanto y trato de irme a mi dormitorio rápidamente con disimulo, pero el heredero de Savyrgo me pilla en el pasillo y sé que ha corrido para alcanzarme. ¿Qué es lo que quiere ahora?

-Haley.

-¿Qué?- Me muestro más seca de lo que pretendía. -¿Qué pasa?- Suavizo un poco el tono.

-Verás, es que... Estas últimas semanas he sentido que me estabas evitando.

Vaya, he sido más obvia de lo que pretendía. Tendré que remediarlo ahora.

-No es eso, así es mi carácter a veces. Me cuesta no ser seca con desconocidos.

-Pero nosotros no somos desconocidos. Nos conocemos desde que éramos niños.

Sí, y en esa época pasabas de mí de una manera impresionante.

-Bueno, me refería a personas con las que tengo muy poca confianza- Aclaro.

-Eso tiene que cambiar, entonces. No puede ser que vayamos a ser aliados y apenas nos conozcamos.

En mi opinión, sí que puede ser así. No entiendo por qué tengo que llevarme yo bien con él. ¿No es suficiente con que nuestros padres lo hagan? Pues al parecer no.

-Ya.

-Para empezar, quería disculparme por si te causó alguna molestia lo que pasó después de la cena del cumpleaños de tu primo.

-No, para nada- Miento.

-Me alegro, porque me dio la sensación contraria. Pero bueno, da igual, ese incidente no se volverá a repetir. Se queda en el pasado.

Seguro que no. Fingiré que le creo.

-Pero, aunque digas que no te molestó, siento la necesidad de compensarte por lo sucedido.

Genial. Simplemente maravilloso.

-No es necesario, de verdad...- Inicio, tratando de evitarme una incomodidad aún mayor.

-Claro que lo es. Es por eso que he decidido invitarte a un evento que realizaremos en casa de un amigo dentro de cinco días.

-Pero...

-Será divertido, lanzaremos cuchillos y haremos acrobacias interesantes con los caballos. Puedes traerte a tu prima si quieres. Bueno, debes, porque mi amigo lo pidió expresamente.

Me quiero matar ahora mismo. ¿Cómo me ha metido en esto tan rápido?

-Pero... ¿Tu amigo no vive en Savyrgo?

-Sí, pero en la frontera, así que está relativamente cerca de aquí.

Mierda, no puedo librarme sin resultar descortés o sin que se note mi antipatía hacia él.

-Pues...- Trato de encontrar una excusa válida, pero nada se me ocurre, porque en estas circunstancias un "no me apetece" no sirve.

-No te lo pienses tanto, que no muerdo.

-No sé si a mis padres les parecerá bien.

-Ya he hablado con ellos y después de explicarles cuál es el plan no ven problema ninguno con que vayas. Además, habrá seguridad todo el rato y estará allí la familia de mi amigo y otros conocidos.

De verdad, ¿Por qué no podían ser más estrictos mis padres? Ahora Dominic me tiene acorralada y me veo obligada a aceptar, porque si no lo hiciese también me interrogarían ellos.

-Está... Está bien- Cedo finalmente. Es sólo un evento, no puede ser tan terrible. -Se lo diré a Chris en cuanto la vea.

-Me alegro, y si consigues que ella venga mi amigo se alegrará aún más.

Creo que eso sonaba mejor en su cabeza que dicho en voz alta.

Dominic se marcha con una sonrisa triunfal, pues ha conseguido su objetivo. Yo suspiro con pesadez, pues no me apetece en absoluto ir a ese evento, y no es sólo por la cantidad de desconocidos que va a haber. Eso me da igual. Es porque sé que Dominic va a intentar acercarse más a mí.

Lo que tengo claro es que Chris va a venir conmigo, obligada si hace falta, porque no tengo ninguna intención de pasar por eso sola. Siempre se sufre mejor en compañía y esta ocasión no va a ser la excepción.

Porque me gustaría equivocarme, pero creo que no me lo voy a pasar tan bien como él asegura.

            
            

COPYRIGHT(©) 2022