Ansol.
Sujetaba mi cabeza incapaz de poder aceptar la sugerencia de mi esposo. Sabía que tenía razón y que para llevar una vida normal debía enfrentar mis propios temores, pero... no es fácil.
Intente con todo mi ser cambiar, incluso en varias ocasiones me sometí a querer estar en una reunión de la empresa o los ocasionales encuentros en el parqu