Capítulo 9 9

AnSol

Sabía que papá aparecería en cualquier momento, antes de cortar la llamada dijo que vendría para saludar a la linda Gala y vernos.

Lo que realmente no esperaba es que fuera de inmediato y justo un momento después de que mi esposo llegara.

Después de verlo jugar por un momento con la dulce niña, decide tomar asiento junto a mí, sujetando mis manos con esa calidez que sólo él podría brindarme.

-¿A que se debe esa cara tan larga? -preguntó y negue con una sonrisa -An.. Puedes ocultar tus sentimientos de todos, pero no de papá.

-Pa...

-¿Que es lo que te atormenta o preocupa? -preguntó nuevamente -¿Te incomoda tener a Gala aquí?

-Que tonterias dices -dije con una sonrisa, dirigiendo mi mirada a la hermosa niña que jugaba feliz -me emociona mucho tenerla aquí y poder disfrutar de los años que no pude durante estos tres años de matrimonio.

-¿Y que es lo que te descontenta? Tienes a tu esposo en casa y a su hija también -añadió y suspire.

-No me siento capacitada para seguir con la empresa, pa -contesté con sinceridad, bajando mi mirada.

-¿Pero que tonterias dices? -cuestionó con una risa de por medio -jamás vi una mujer tan calificada para los negocios como tú. No entiendo cual fue la causa de tus dudas.

-Han habido malversaciones en un corto periodo de tres meses y... Pese a que intente descifrar quien es el ladron, no puedo -contesté -pero no puedo porque ni siquiera conozco a mis empleados, no sé quienes son y si son capaces de algo como esto.

-Ansol, todos tuvimos malos empleados alguna vez. Pero eso no quiere decir que no sirvamos como empresarios ni mucho menos que hacemos mal nuestro trabajo -respondió abrazandome -verás que podrás solucionar el inconveniente y sin importar contra que te enfrentes, papá estará para apoyarte siempre.

-Lo sé -asentí correspondiendo su abrazo -pero no quiero cargarte a ti y a Gray con un camino que yo escogí. Desde niña quise ser diseñadora y estuviste apoyándome en todo para que fuera la mejor. Luego funde mi propia empresa de modas y... Tuve que poner a alguien para que se ocupara debido a los malditos ataques que me dan.

-Es ahora cuando tienes que pensar mucho más en la posibilidad de recurrir a una psicóloga -rompe el abrazo y me toma de ambas mejillas -no porque estés loca, sino por el hecho de que son personas preparadas para ayudarte a sanar esos miedos y encontrar la causa por la cual no puedes interactuar con otras personas.

-Dime una forma de poder tener una psicóloga sin tener un ataque -contraataque, viendo una sonrisa brillar en su rostro.

-Yo puedo ser una buena psicóloga -habló Gala, sacandonos unas carcajadas a ambos -mi papi hablaba conmigo cuando se sentía triste y ya lueguito estaba mejor.

-Apuesto a que tu puedes curarme -respondí abriendole mis brazos a los cuales corre rapidamente dejándome abrazarla.

-Seré una buena psicologa, lo prometo -añadió la dulce niña y asentí besando su cabecita.

-La cena está lista -anunció Gray, por lo que todos nos pusimos de pie y nos dirigimos al comedor para disfrutar de la delicia que mi esposo preparó.

....

....

Unas horas más tarde, dejando a papá y Gray en su charla de negocios, decidi llevar a la dulce gala a la cama. Pues ya eran pasadas las diez y por lo que dijo mi amado, tiene que asistir al jardín mañana temprano.

-¿Quieres que te lea un cuento? -pregunté, pues era su primera noche aquí y no sabía bien el método que mi suegra utilizaba para dormirla.

-¿Un cuento? -preguntó y asentí -nunca me leyeron un cuento para dormir.

-Oh.. -dije pensativa -entonces dime como tu abuelita te dormía y lo haré lo mejor que pueda.

-No hacía nada particular, solo decía "Gala, es hora de dormir" y tenía que ir a la cama sin poner peros, viendo el techo hasta quedar dormida -contestó y mi sorpresa aumentó -. Papá decía que si no podía consiliar el sueño me puciera a contar ovejitas, pero pasaban 60 ovejitas y el único en dormirse era él -añadió y reí al imaginar a mi esposo durmiendose luego de un conteo de ovejitas.

-Mi padre cada noche me leía un cuento -conté tomando uno de los tantos que compré -siempre decía que la lectura antes del descanso estimula la mente y nos puede llevar a un mundo de fantasía completamente maravilloso.

-¿Puedo ir a ese mundo también?

-Si así lo quieres -respondí acomodandome a su lado -puedes ser lo que tu quieras, Gala, yo estaré para apoyarte.

-Sí -afirmó con una sonrisa, acomodándose sobre mi pecho.

-Había una vez...

Comencé a leer suavemente mientras mis dedos acariciaban su cabello, consiguiendo despues de unos largos minutos verla completamente dormida.

Por unos instantes la veía dormir recordándome a esa Ansol de cuatro años, aquella que era tan abierta a nuevas emociones como Gala.

Quisiera saber que fué lo que pasó entonces. Cual era la razón de mi trauma a partir de ese momento.

Suspirando suavemente, acomodo a la pequeña y dejo la lampara encendida para luego salir.

Gray y mi padre han de estar con su charla de negocios aún, así que prefiero preparar la cama para que pueda descansar una vez suba.

Al llegar a mi habitación, me sorprendo al notar que no era como pensaba y mi esposo se estaba encargando de preparar la cama.

-¿Y mi padre? -pregunté acercándome a él y rodeando su cintura con mis brazos.

-Ya se marchó -respondió tomando mis manos con suavidad -¿Gala ya está dormida?

-Sí -afirmé rodeandolo hasta quedar frente a él -estaba muy emocionada por viajar al mundo de fantasias al oir un cuento y después de tres capítulos se quedó dormida -añadí, viendo su dulce y perfecta sonrisa.

-Entonces solo queda que nosotros vayamos a ese mundo de fantasías también -dijo tomandome suavemente de la cintura.

-Mmm no, me gusta éste. Porque ya tengo a mi príncipe azul.

            
            

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