Ansol.
Mis ojos permanecían cerrados, pero esta vez ya no veía aquella terrorífica escena, sino que estaba en una oscuridad absoluta donde ni mi Gray ni mi pequeña Gala estaban.
No le tenía miedo a la oscuridad, pues me había acostumbrado a ella desde muy pequeña. Pero si me daba miedo que todos esos recuerdos vuelvan y encontrarme sola para enfr