El teléfono resonaba a su lado, pero su mirada estaba fija en llegar hasta su meta.
Las lágrimas seguían bajando como cascadas y la ira nublaba su mente.
Poco a poco el acelerador iba aumentando la velocidad y los cambios eran cambiados sin nada de cuidado.
Podía oir a su esposa llamarlo por su nombre, a su hija gritarle diciéndole que se detuvi