Las palabras de Alejandro resonaban en la mente de Isabela como un eco persistente, un ruido constante que no podía silenciar. Tu padre tiene deudas con ciertas personas, deudas que no pueden ser saldadas con dinero... Y tú eres parte de la garantía. Esas frases repetían en su cabeza una y otra vez, desgarrando el frágil velo de tranquilidad que ha