/0/16078/coverbig.jpg?v=f7760b193126c15b01909383c73fff86)
El sol comenzaba a ponerse cuando Valentina regresó a casa, pero no sentía la calidez del atardecer. Había algo en el aire, una atmósfera densa que la hacía sentir atrapada en su propio cuerpo. Sabía que el tiempo estaba corriendo y que, en el fondo, ya no podía negar lo inevitable. Las últimas palabras de Figueroa seguían retumbando en su cabeza,
COPYRIGHT(©) 2022