La Venganza del Magnate
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Capítulo 6 La Batalla Silenciosa

La semana siguiente transcurrió como una niebla espesa y persistente, rodeando a Valentina en una atmósfera de desdén y tensión. Cada rincón de la mansión parecía estar impregnado de los recuerdos de un tiempo mejor, cuando su relación con Alejandro era de amor y esperanza, no de negocios y promesas incumplidas. Pero todo eso había quedado atrás.

Valentina sabía que su vida nunca sería la misma. Aquella mansión, con sus pasillos interminables y sus estancias amplias, le resultaba extraña, ajena. A cada paso que daba, se sentía más y más despojada de lo que era, reemplazada por la imagen de una mujer que debía cumplir con un contrato, no con una pasión. A veces, pensaba que el hecho de que Alejandro estuviera allí, tan cerca, tan inaccesible, le estaba arrancando pedazos de sí misma sin que pudiera evitarlo.

Esa mañana, sin embargo, algo parecía diferente. Había una electricidad en el aire, una tensión que parecía provenir no solo de la mansión, sino de la misma presencia de Alejandro. El sonido de sus pasos resonó en el pasillo como un golpe seco. No se había mostrado en toda la mañana, algo que no era común. Valentina se encontraba en el salón, sentada cerca de la ventana, observando la lluvia caer con una intensidad casi terapéutica, como si la tormenta pudiera barrer sus pensamientos más oscuros.

- Valentina -su nombre salió de los labios de Alejandro como una orden, pero también con un dejo de autoridad que no dejaba lugar a dudas. Ella giró lentamente, encontrándose con su mirada inquebrantable.

- Te he estado esperando -respondió ella, sin intentar ocultar la tensión en su tono. Sabía que esa conversación no sería como las demás. Había algo en la forma en que se acercaba, en la frialdad con la que la observaba, que la hacía sentirse vulnerable. Pero no podía permitir que él lo notara.

- No me esperes, Valentina -respondió él con una sonrisa que no alcanzó a iluminar su rostro. Era una sonrisa calculada, fría, como una máscara que usaba para ocultar cualquier otra emoción que pudiera escapar. - Estoy aquí porque necesitamos hablar.

Su corazón latió un poco más rápido, y por un momento, pensó en la posibilidad de evadir la conversación. Pero algo en la insistencia de su presencia la frenó. Alejandro nunca pedía hablar por hablar. Cada palabra suya tenía peso, y cuando se refería a "hablar", siempre estaba relacionado con algo que la afectaba directamente.

- ¿Sobre qué? -preguntó ella, aunque sabía que no importaba cuánto intentara sondear, Alejandro siempre tenía el control.

Él dio un paso hacia ella, con la misma postura imponente que siempre la había desconcertado. Su presencia era magnética, y aunque Valentina quería resistirse, no podía evitar sentir una punzada de atracción hacia él. Pero ahora, esa atracción era un veneno que solo hacía más difícil distinguir entre lo que sentía y lo que le imponía la situación.

- Necesito que te prepares para la boda -dijo Alejandro, sin vacilar. La forma en que lo dijo no dejaba lugar a dudas sobre su intención. - Será un evento público, y debemos dar una imagen que se corresponda con la realidad de nuestro "matrimonio". Esto no es solo una firma en un papel, Valentina. Es una declaración. Y quiero que todo esté listo.

Valentina lo miró, confundida por un momento. Había algo extraño en su tono, algo que parecía más serio que lo habitual. No era solo la frialdad de siempre. Había una intensidad en su voz, una certeza que la hacía sentirse aún más pequeña, como si estuviera atrapada entre las exigencias de él y sus propios miedos.

- ¿Prepararme para la boda? -repitió, sin comprender del todo. No es que no lo supiera, claro, pero la sensación de que esto era una puesta en escena le daba una incomodidad que no podía ignorar. ¿Acaso todo esto era una farsa para el mundo exterior, o realmente él quería algo de ella más allá de lo que había acordado?

- Sí -respondió él, manteniendo su mirada fija en la suya-. Lo que está en juego es más grande de lo que imaginas. No es solo el contrato, ni el matrimonio en sí. Es lo que significa para nosotros, para nuestras familias, para el poder que estoy construyendo. Todo esto es parte de algo mucho más grande. Y tú, Valentina, eres la clave.

Sus palabras fueron como un golpe frío que la dejó momentáneamente sin aliento. No era la primera vez que Alejandro le hablaba con tanta seriedad, pero la sensación de que había algo más, algo oculto bajo la superficie, se estaba intensificando. Estaba claro que todo lo que ella pensaba saber sobre la situación había cambiado. ¿Qué quería realmente de ella? ¿Era solo venganza? ¿O había algo más que aún no entendía?

- No soy una pieza más en tu juego, Alejandro -dijo ella con firmeza, sin dejar que la incertidumbre se apoderara de ella. Si había algo que aún controlaba, era su dignidad. Y no permitiría que él la redujera a un simple peón en su estrategia.

Alejandro la miró un largo momento, su rostro impenetrable, antes de hacer un gesto con la mano, como si desestimara su comentario.

- No estás entendiendo lo que quiero decir -respondió en un tono más suave, pero igualmente penetrante. - Te necesito para consolidar lo que estoy construyendo. Pero eso no significa que te vea como una simple pieza, Valentina. Te necesito, no solo porque seas la madre de mi hijo. Te necesito porque eres parte de mi historia. Y sin ti, todo lo que he logrado hasta ahora carecería de sentido.

Valentina quedó paralizada ante sus palabras. Algo en su interior comenzó a revolverse. ¿Era posible que estuviera hablando de algo más allá de la venganza, de la empresa? ¿Había algo de verdad en sus palabras? ¿O era otra manipulación para hacerla sentir que no tenía opción?

- ¿Qué quieres decir con eso? -preguntó, la voz más suave ahora, dejando escapar el temblor que se había estado acumulando en su interior. La tensión entre ellos crecía, pero algo en la sinceridad de Alejandro la desarmaba. Algo en su mirada parecía genuino.

Él dio un paso hacia ella, y por un momento, Valentina pensó que iba a tocarla. No lo hizo, pero la proximidad fue suficiente para hacerla sentir el peso de la situación.

- Quiero decir que, al final, todo lo que hemos pasado, todo lo que estamos haciendo, tiene un propósito más grande de lo que imaginas. Lo que sea que suceda entre nosotros, ya no es solo un contrato. Es nuestra forma de enfrentarnos a lo que fuimos y lo que podemos ser.

Las palabras de Alejandro quedaron flotando en el aire, como una declaración ambigua, pero poderosa. Valentina no sabía qué pensar. Algo en su interior le decía que todo esto no era solo venganza, aunque ella misma había llegado a esa conclusión en varias ocasiones. Pero ahora, con él tan cerca, con esas palabras penetrando en su mente, no podía evitar preguntarse si, tal vez, el Alejandro que había conocido no estaba tan lejos de ella como pensaba.

- ¿Y qué quieres que haga con eso? -preguntó, casi en un susurro, su mente llena de dudas.

Él la miró fijamente, y por un momento, parecía que algo más se asomaba en su mirada, algo que ella no podía definir.

- Haz lo que quieras con eso, Valentina. Pero recuerda, todo tiene un precio. Y si decides seguir adelante con esto, debes estar preparada para lo que viene.

La intensidad de sus palabras le heló la sangre, pero algo en su interior se encendió. Valentina estaba atrapada, sí, pero al mismo tiempo, algo dentro de ella despertaba. La batalla aún no había comenzado, y ella sabía que sería mucho más que un simple matrimonio de fachada.

Este capítulo lleva la relación de Valentina y Alejandro a un nivel más profundo, donde surgen nuevas dudas y emociones complejas. La lucha interna de Valentina se intensifica. ¿Qué debería hacer ahora? ¿Aceptar todo lo que él propone, o seguir buscando una salida?

            
            

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