Me senté de nuevo y comencé a mirar toda la habitación alrededor, comenzaron a sudarme las manos, comencé a morderme el labio, comencé a mover incesante el pie, comencé aclararme la garganta muchas veces, comencé a tamborilear contra mi rodilla, comencé a sentir dolor de estómago y comencé a pensar que quizás me haría del dos ahí mismo, justo antes