La puerta se abre, quitándome la atención fija que tenía en la alfombra.
―¿Ella?
―Yo.
―Pasa.
Me levanto de la silla y sigo el recorrido que Charlotte hace con sus tacones puntiagudos por la oficina.
Tomo asiento sin preguntar previamente y esta vez su escritorio está más caótico que de costumbre. Papeles, carpetas, más papeles, bolígrafos tira