Mi novio y mi ex
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Capítulo 3 Hay una sombra

Hemos caminado por pocos minutos y ya logramos llegar a la puerta de la casa Queller. Emma vive tan solo a unas calles de Marcus y curiosamente en una de esas calles lo conocí, teníamos trece años, éramos desconocidos, hasta que en una pijamada Emma y yo escuchamos que su madre abrió la puerta, salimos corriendo de su habitación y nos encontramos con una familia de tres integrantes. Lo primero que veías era a los señores Queller, y con señores no me refiero a un matrimonio mujer-hombre, me refiero a un matrimonio hombre-hombre, sí, un matrimonio igualitario.

Marcus había sido adoptado por Scott Queller y Felix Queller cuando tenía apenas tres años de edad. Nunca supo cuáles habían sido sus padres biológicos, pero para él, era más que suficiente tener a los Queller como familia.

A diferencia de lo que todo el mundo piensa acerca las familias homoparentales, sobre que un niño va a estar traumatizado de por vida o va a sentirse obligado a ser homosexual por la orientación de sus padres, Marcus es un claro ejemplo de que no es así. De hecho, Marcus es tan heterosexual que la palabra le queda pequeña a su persona.

Quito el segurito de la reja y llego hasta la puerta, Emma se queda unos pasos atrás de mí. Levanto la mano para golpear, pero mi cerebro hace un ding cuando aparece la idea de que: sería muy raro llegar de nuevo a su casa, sin ningún motivo y solo decir: "¡Ah! Hola, ¿cómo va todo? Acabo de salir de tu casa y regreso solo para saber qué hacías con esa puta." Así que lo único que se me ocurre es algo más absurdo, pero más seguro para no parecer una loca ante la percepción de Marcus.

Corro hasta abrazarme del tronco del roble y comienzo a escalarlo con dificultad.

⸺¿Qué estás haciendo?

⸺¡Ayúdame!

Emma pone cada mano debajo de mis pies para darme apoyo y con un brinquito, logro llegar hasta la cima del árbol. La ventana del cuarto de Marcus está justo al frente de la copa del roble, por lo tanto, estar aquí arriba, me ayudará a ver lo que está haciendo. Siempre y cuando no tenga las persianas cerradas.

Acerco mi cara hasta hacer contacto con el vidrio y entrecierro los ojos para forzar la vista al máximo, como si eso me ayudara a traspasar el material de la persiana.

Hay una sombra que no logro identificar de qué o de quién es, hasta que mi pensamiento abstracto me deja identificar la silueta de dos personas. Pego más mi rostro a la ventana, haciendo que mi nariz se aplaste.

⸺¿Logras ver algo?

⸺No, solo...

Y ahí, justo ahí lo entiendo. Mi mandíbula se cae y mi voz deja de salir de mi garganta. En mi pecho siento una especie de dolorcito como cuando te enteras de algo traumático o algo que sospechabas y no querías que tus sospechas dejaran de ser sospechas y se convirtieran en hechos reales.

⸺¿Qué pasa? ⸺la voz de Emma adquiere un tono preocupado. Seguramente por mi expresión de asombro mezclada con tristeza y dolor.

⸺Marcus... ⸺volteo mi cabeza en su dirección y aprieto los ojos. ⸺Marcus está...

⸺¿Qué? ¿Marcus está qué? ⸺sus cejas se hunden con recelo.

Abro la boca, pero no logro pronunciar nada. La voz no me sale.

⸺Ella, dime algo. ¡Por favor!

⸺Marcus está teniendo relaciones con su nueva novia en su cuarto ⸺escupo sin hacer pausa entre las palabras. Como si vomitara toda la oración con dolor, palabra por palabra, sílaba por sílaba y letra por letra.

Me agarro de las ramas, y me deslizo por el troco con cuidado de no caer. Logro poner los pies sobre la tierra y de inmediato Emma corre hacia mí para proporcionarme un abrazo. Sus manos me acarician la cabeza y mis brazos responden automáticamente al abrazo.

⸺Lo siento.

Me aparto y me limpio con los puños del hoodie algunas lágrimas, al mismo tiempo aparto algunos cabellos que se quedaron pegados a mis mejillas.

⸺No importa ⸺enderezo la postura. ⸺Vamos a dormir.

Entro al salón de inglés, tomo asiento en una de las sillas y de repente lo veo entrar. Tiene el cabello desordenado, con las puntas en todas las direcciones, unas ojeras gigantes y una cara de póker impresionante. Toma asiento en el último rincón del salón, tira el morral con disgusto frente a sus pies, se pone la capota de su sudadera negra y amarra el cordón hasta tal punto, que su cara desaparece. Sin embargo, la punta de su nariz aún se revela por un huequito que quedó.

Si debo ser sincera, preferiría no haber escogido la mayoría de mis clases con mi ex, pero bueno... ya se debieron dar cuenta de cómo soy y las cagadas que me la paso haciendo.

Su forma de caminar, de observar todo lo que está a su alrededor y la energía que desprende es aburrimiento, fastidio, molestia, desagrado, etc... todos los sinónimos que se puedan imaginar para cualquiera de esas palabras. Si me pidieran definir a Marcus en una frase, probablemente diría algo así como: "Chico que detesta la vida al cien por ciento, al que le da hastío dirigirle la palabra a otros seres humanos y que obviamente preferiría no tener que hacer esfuerzo ni siquiera para respirar".

Probablemente tendría que mencionar algunas cosas buenas, como que al sonreír su rostro se ve muy lindo o que tiene un muy buen estilo para vestir y para la música, o que... pues... besa muy bien.

La profesora entra con las manos repletas de libros, un chico que camina detrás de ella, le ayuda a dejarlos apilados sobre el escritorio y se va. La mujer abre la boca con un tono alegre:

⸺Bueno, hoy es un día muy especial porque... ⸺su mirada se desvía al fondo del salón. ⸺Marcus...

El chico no contesta. Su cabeza está recostada en la pared y aún sigue con la capota súper apretada que le tapa la cara.

⸺Marcus, si piensas que te has vuelto invisible por simular un saco de dormir con tu buzo, te informo que no es así.

Se escucha una dirigirles queja del pelinegro mientras retira la prenda de su cabeza y apoya su mentón en su mano mientras entrecierra los ojos.

⸺Estás en clase.

⸺¿Y eso qué?

⸺Tienes que estudiar, no dormir.

Marcus resopla y sale una sonrisa sarcástica de sus labios.

⸺Son las... ⸺mira el reloj de su muñeca. ⸺ocho de la mañana, ¿en serio espera que no tenga ganas de dormir?

El entrecejo de la señorita Wilson se arruga y le devuelve la sonrisa a Marcus.

⸺Son las ocho de la mañana y tendré que mandarte a detención justo ahora.

Marcus no objeta nada, solo la sigue mirando inexpresivo.

⸺Perfecto, ve ⸺lo anima.

Agarra su morral y se lo cuelga solo de un hombro, se levanta de la silla y sin mirar a nadie desaparece por la puerta abierta del salón.

La señorita Wilson sigue hablando con alegría sobre el día de hoy, supuestamente porque nos daría la súper noticia del próximo evento lingüístico de la escuela. Afortunadamente la hora de clase transcurre con una velocidad inesperada.

Guardo el único cuaderno que saqué para tomar algunos apuntes, me cuelgo mi mochila y salgo con dirección al salón de mi siguiente clase.

⸺¡Ella!

Volteo y veo a Marcus caminando hacia mí.

⸺Tengo que decirte algo.

⸺¿Qué? ⸺respondo de mala gana.

Hunde las cejas con desconcierto, pero lo disimula cuando me toma de la mano. Caminamos hasta llegar a la biblioteca y ubicarnos entre las torres gigantes de libros ordenados alfabéticamente.

⸺¿Qué pasa? ⸺inquiero con el mismo tono de antes mientras me cruzo de brazos y me zafo de su agarre.

Pestañea varias veces como si intentara entender algo y niega con la cabeza.

⸺¿Vas a decirme o no?

⸺No puedo creer que vaya a decir esto ⸺suelta una risa con ironía.

⸺Si no vas a decirme nada importante... ⸺intento caminar para salir del laberinto literario, pero de nuevo, la mano de Marcus sobre mi brazo me lo impide.

Lo miro entornando los ojos.

⸺Es que ni siquiera sé si debería decírtelo.

­⸺Solo escúpelo y ya ⸺ordeno usando el tono de niña malcriada fastidiosa.

⸺Mack quiere regresar al pueblo.

Abro los ojos demasiado. ¿Mack quiere regresar? ¿En qué demonios está pensando? Va a reencontrarse con su amigo al que engañó, el chico que lo mataría a golpes por burlarse de su confianza y aunque no es tan importante, también se encontrará conmigo. La chica que lo rechazó porque era el mejor amigo de su novio, pero con la que aún así tuvo sexo. Y bueno, creo que la verdad a ninguno de los dos nos importó. Sí, lo sé: Ella Roberts es una puta.

⸺¿Cómo lo sabes?

⸺Ayer me llamó.

Ayer... Ayer fue un día de mierda. Ayer Marcus me dijo que supuestamente tendríamos sexo en su casa y no pasó nada, al contrario, conocí a su nueva novia y vi mientras lo hacían.

⸺Se disculpó por lo que había pasado y me dijo que no quería seguir teniendo asperezas con su mejor amigo cuando volviera.

⸺¿Y tú le crees?

⸺Me da igual ⸺se encoge de hombros y mete ambas manos en sus bolsillos mientras se recuesta contra una de las estanterías.

⸺Bien, gracias por decirme ⸺giro sobre mis talones para continuar con mi camino, pero Marcus se interpone.

⸺Es mi impresión o... ¿estás molesta?

⸺No es algo que te incumba ⸺intento rodearlo, pero su brazo alrededor de mi abdomen me detiene.

Pongo mi atención en su rostro, sus ojos están fijos en mis labios y con extrema facilidad, hace que retroceda varios pasos hasta arrinconarme contra una estantería. Sus brazos me rodean y hace contacto visual, logrando que algunos de los músculos de mi cuerpo se tensen.

⸺¿Es por Gianna? ⸺una de sus comisuras se curva maliciosamente.

⸺No ⸺respondo inmediatamente.

⸺¿Estás segura? Porque te conozco más que a mí mismo, Ella Roberts.

⸺Marcus, ⸺dejo salir una sonrisa sin despegar los labios. ⸺como ya te lo había dicho, no es de tu incumbencia.

⸺Algo me dice que no debería creerte.

⸺Bueno, tu "algo" está fallando, porque no es cierto.

⸺Ella... ⸺se acerca más a mi rostro.

Soy incapaz de pronunciar un "¿Qué?" porque a medida que Marcus se acerca más a mí, su colonia llega de nuevo. Los recuerdos, las risas, las noches juntos. Todo lo que viví con Marcus fue sencillamente lo mejor que podré vivir con un chico a mi edad. Probablemente debí superarlo, ya saben, ha pasado un año desde que terminamos y aún sigo ahí, estancada como una estúpida en algo que quizás él u otra persona superaría en un abrir y cerrar de ojos, pero no puedo hacerlo. No podía renunciar a toda la historia que estaba segura, podría continuar con el hijo de los Queller.

⸺¿No deberías estar en detención? ⸺pregunto de la nada, intentando disimular mis nervios.

⸺Es cierto... debería.

Su aliento roza mis labios y el contacto visual es más tensionante a lo que ya estaba acostumbrada con él.

⸺Marcus... ⸺intento apartarlo mientras volteo la cara con brusquedad.

Su mano hace contacto con mi mandíbula, obligándome a volver a mirarlo a los ojos. Aunque, solo necesito segundos para fijarme en su boca. Trago grueso por las ganas de juntarla con la mía, algo que sinceramente ni siquiera debería pasar por mi mente, porque Marcus tiene novia y hace un año prometí no volver hacer algo sin pensarlo dos veces.

⸺Volveré a preguntarte, ⸺susurra astutamente con solo milímetros de por medio entre nuestros rostros⸺ y espero que seas honesta esta vez... ¿Estás molesta por Gianna?

Suelto aire por la nariz y vuelvo a subir la mirada con decisión.

­⸺Sí.

⸺¿Por qué?

⸺Porque... pues porque... los vi.

­⸺¿Nos viste? ¿Qué viste?

⸺Vi cómo lo hacían.

La expresión de Marcus cambia por completo, sus cejas se juntan y se distancia de mi cuerpo, pero sin dejar de aprisionarme con sus brazos.

⸺¿Qué?

⸺No quiero entrar en más detalles.

⸺Tienes que decirme cuando.

⸺No tengo que decirte nada.

⸺Ella, no he estado con Gianna.

⸺¿Qué? Pero los vi, los vi en tu habitación.

⸺No... ⸺ríe ⸺mierda.

⸺¿Qué pasa?

⸺Cambié de habitación con mis padres la semana pasada.

Hay un silencio momentáneo, pero sin poder controlarlo sale una carcajada de mi garganta y Marcus se me une.

Escucho un "shhh" proveniente de algún lado. Sin pensarlo mi mano se posa sobre la boca de Marcus intentando distorsionar las carcajadas. Llevaba tanto tiempo sin ver a Marcus reír, que... había olvidado lo escandaloso que podía llegar a ser.

Después de un ataque de risa epiléptico por parte de ambos, aunque con más alboroto gracias a Marcus y que la bibliotecaria nos sacara a patadas por hacer mucho ruido mientras nos miraba como si fuéramos adefesios, terminamos caminando el uno al lado del otro por los pasillos desiertos de la escuela.

⸺Marcus ⸺lo llamo con un hilo de voz.

Su atención pasa del piso a mi rostro en un instante.

⸺Seré sincera, porque necesito respuestas.

⸺¿Qué pasa?

Humedezco mi labio inferior.

⸺Dijiste que querías tener sexo conmigo, pero tienes novia.

Deja de caminar y me detengo tan solo unos pasos más adelante.

⸺Ella, no quiero sonar grosero.

Me encojo de hombros para restarle importancia.

⸺¿En serio fuiste a mi casa solo por sexo?

­⸺¿Qué? No, yo...

⸺O sea, ¿querías que nos besáramos? ¿querías que volviera a tocarte y que termináramos haciéndolo? Así, de la nada, ¿después de un año sin siquiera dirigirnos la palabra?

Su tono es de "No conocía esta faceta de loca por el sexo tuya", lo que produce que me apene, porque bueno, tú y yo sabemos que mi plan desde un principio era ese que a Marcus le parece terrible.

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Hola!

¿Les está gustando hasta ahora?

¿Creen que lograré llenar sus expectativas?

Tengo nervios por lo que creo que puede llegar a pasar, y claro, por la gente que me lea.

Espero que se animen a seguir leyéndome y gracias por darle una oportunidad a esta loquísima historia.

With all my love,

Sofía.

            
            

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