Mi novio y mi ex
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Capítulo 5 La zona infantil

Bueno... casi me infarto cuando escuché el nombre "Mack Forrester", pero gracias al altísimo, Emma estaba ahí para impedirlo cuando fue corriendo por un vaso de agua y lo bebí tan solo en segundos.

Después de que mi madre gritara el apellido Forrester empezaron a llegar los demás miembros del concejo. Mientras tanto, yo he estado escondiéndome detrás de las paredes y debajo de las mesas con una agilidad impresionante, digna del agente P «Mayor Monogram debería contratarme para la O.S.B.A»

Afortunadamente Marcus y Mack no han cruzado palabra, no se han mirado, mejor dicho: no se han inmutado con la presencia del otro. Y es mejor así, porque pienso que, si llegaran a pronunciar un simple "hola", la casa terminaría en llamas.

Estoy sentada en un rincón súper pequeño del pasillo que llega hasta las escaleras, las cuales te dirigen a las cinco habitaciones de la casa.

La casa de la familia Swan es muy espaciosa, de hecho, me atrevería a decir que es una de las más grandes de su calle. Cuenta con un patio techado y decorado con algunas plantas acompañadas de una piscina de tamaño mediano, un garaje gigante, cinco dormitorios en el segundo piso, dos habitaciones más en el primero y dos salas; una te recibe cuando llegas y la otra se ubica en el espacio entre los dormitorios. Por último, están: el comedor, la cocina y dos baños, estos últimos repartidos para cada piso. Y obviamente no puedo dejar de mencionarles los lujos que alberga cada rincón de la construcción; todas las habitaciones gozan de televisores pantalla curva con más de cincuenta pulgadas, los pisos son de porcelanato con un tono ligeramente café, el comedor se conecta al patio por medio de puertas cristalizadas súper elegantes, las luces de cualquier parte de la casa se pueden graduar y claro que cuenta con un asistente virtual (Alexa).

Todas las casas de Winstown son muy bonitas, pero hay varias que resaltan entre la gran cantidad de viviendas en el pueblo, y como ya lo deben imaginar, una de ellas es la de Emma.

Veo a mi madre caminar apurada de un lado al otro con varias bandejas de pasabocas en las manos. Gracias a diosito no se ha dado cuenta que estoy acurrucada entre las sombras de la casa o probablemente empezaría a decirles a los miembros del concejo lo orgullosa que está de mí por literalmente saber hacer de todo gracias a la variedad de cursos que tomé desde los diez años, y por supuesto me obligaría a cantar mientras toco el piano Baldwin ubicado en una esquina de la sala, delante de veinte miembros del concejo y sus hijos, tal y como lo hacía cuando tenía quince. Y claro que eso me traumatizó de por vida, me traumatizó bastante siendo exacta.

Sin embargo, mi escondite no es tan bueno como creía, ¿saben por qué?, bueno, resulta que después de pasar casi media hora sin molestias, mi madre comenzó a gritar que su hija había desaparecido y que necesitaba ayuda. La gente iba a iniciar un operativo llamado "rescate Ella" y claramente no dejé que esto ocurriera. Lo único que hice fue salir y actuar como si no hubiese pasado nada, con la excusa de: "me quedé dormida en la habitación de Emma, mil disculpas a todos, pero gracias por su preocupación".

Después de que los invitados consumieran una porción de la comida japonesa preparada por la madre de Emma, los miembros del concejo organizaron la mayor cantidad de sillas posibles para poder ubicarse en un círculo y comenzar con su labor de voceros por la comunidad de Winstown.

Tomo asiento al lado de mis padres, y mi mamá me mira como si fuera un bicho raro.

⸺¿Qué haces?

⸺Pues...

⸺No, no, no, no. Tienes que estar con los demás hijos de los miembros en la zona infantil.

⸺¿Qué? Pero casi todos tenemos diecinueve.

⸺No importa, Ella. Aún son niños incapaces de solucionar problemáticas públicas ⸺se levanta de la silla y me agarra de las muñecas para hacerme levantar.

⸺Mamá, pero... ⸺intento refutar.

⸺A la zona infantil ⸺me hace caminar hasta llegar al inicio de las escaleras y proporcionarme un empujón para que me anime a subir. ⸺con tus amigos.

⸺Pero... ⸺pongo un pie en el primer escalón.

⸺Ella Roberts, ⸺arruga el entrecejo con molestia y pone sus manos con forma de puño en su cintura. ⸺pensé que ya habíamos superado tu etapa asocial.

⸺No soy asocial, má...

⸺Cierra la boca y sube esa escalera.

Ruedo los ojos y con desgano emprendo mi camino hasta la habitación de Emma. Abro la puerta y la encuentro con el rostro sumergido en un libro con el título de: "Bethel, ciudad de monstruos". Me acomodo a su lado y suelto una bocanada de aire.

⸺¿De qué trata? ⸺señalo el libro.

⸺Léelo.

⸺Emma...

⸺De una chica con poderes satánicos.

⸺Guau.

⸺Lo sé, es... increíble.

⸺Otro libro agregado a mi interminable lista de lectura.

Inesperadamente la puerta se abre de golpe y mi madre está detrás de ella.

⸺Traigo otros que se colaron ⸺informa.

Asiento con la cabeza, aunque no tengo idea de lo que habla hasta que lo veo. Otra vez ese maldito nudo en la garganta y las ganas de vomitar.

Las puntas de su cabello tocan el inicio de sus cejas, su nariz delgada adornada con un arito como piercing, sus labios delgados, su mandíbula bien marcada y por supuesto: su pecho y espalda anchos por el continúo trabajo en el gimnasio (ahora más notorio), acompañados de su altura que le dan un aire de elegancia y perfección que te desencaja.

«¿Mack Forrester está más bueno que antes? Afirmativo»

Mi madre lo empuja hasta lograr que entre a la fuerza y arrastra detrás de ella a Marcus; con su semblante lleno de oscuridad y misterio, un misterio que... al verlo quieres descubrir, un misterio que te vuelve loca y que quieres resolver y palpar con tus propias manos. Su cabello azabache tan desordenado como siempre, los anillos decorando sus dos manos como es usual, su estilo desanimado y sombrío que hasta se refleja en su forma de vestir y sus labios torcidos con disgusto en cuanto mi madre lo obliga a poner un pie dentro de la habitación.

En cuanto ambos tienen los dos pies adentro, mi mamá escanea todo el lugar como si buscara algo incorrecto, asiente con su cabeza dando a entender que todo está en orden, sonríe mientras pasa su mirada por el rostro de todos y cierra de un portazo.

Sin tener que esperar un solo segundo, la incomodidad silenciosa se asienta en la estancia y la odiosa mirada de Marcus se clava sobre el perfil de Mack.

Mack, por otro lado, traga grueso, haciendo que su manzana de Adán se mueva y que sea más que evidente su nerviosismo.

«Yo ya me habría desmayado»

Emma sale de su mundo literario y como la más valiente de todos, pronuncia la primera palabra:

⸺¡Mack! ⸺sonríe disimulando la incomodidad. ⸺¡Cuánto tiempo sin verte!

El castaño se aclara la garganta, revuelve su cabello y mira de reojo a Marcus como si quisiera decir: "¿Qué demonios te pasa, hermano? ¿Acabo de llegar y ya me quieres matar?".

Si nunca has experimentado una mirada que te atraviese el alma y te cause un doloroso escalofrío por el terror con solo sentirla encima y sin necesidad de un contacto visual... Si tienes la oportunidad de conocer a Marcus... tenlo por seguro que lo percibirás.

⸺¡Sí! ¡Cuánto has cambiado! ⸺contesta sin poder ocultar su inquietud.

⸺Gracias. Tú también, estás... ⸺se queda con la boca abierta mientras busca una palabra. ⸺muy bien.

«Yo habría dicho bastante bueno»

Mack sonríe sin despegar los labios.

Me acomodo el cabello con cuidado de no ser muy notoria mientras sigo acostada al lado de Emma. Lo que menos quiero en este momento es hacerme notar, pero es inútil, los ojos de Mack se fijan en mí y me escanean con rapidez todo el cuerpo.

Las ganas de vomitar se incrementan y siento el calor llegar hasta mis mejillas.

⸺Ella... ⸺dice mi nombre con un tonito casquivano que me hace abrir demasiado los ojos.

De inmediato Marcus tensa la mandíbula y es obvio que sus pensamientos son tenebrosos. Miro de reojo a ambos chicos y volteo con mucha lentitud para disimular la inquietud que me recorre ahora.

⸺Mack... ⸺respondo con un hilo de voz.

⸺Has cambiado bastante ⸺opina.

⸺¿Yo? ⸺me señalo con el índice.

⸺Sí.

⸺¿Yo? ⸺repito impresionada.

⸺Y para bien.

⸺¿Qué? ⸺interrumpe Marcus.

Mack finalmente se decide por mirarlo a los ojos.

⸺¿Tú cómo has estado...? ⸺deja la pregunta al aire en cuanto la expresión de Marcus se endurece.

⸺No lo digas. Tú ya no eres mi hermano.

Emma se voltea a mirarme con descaro y abre la boca con una risita impresionada e insonora de por medio. Yo me encojo de hombros restándole importancia.

Mack y Marcus se fulminan con la mirada, como si justo ahí pudieran asesinarse el uno al otro y solo así lograran desatar toda la ira que sienten, todo el odio y el desprecio que solo les ayuda aborrecer cada vez más al que una vez fue su mejor amigo, su hermano y esa única persona de tu mismo sexo con la que logras sentirte comprendido y seguro de que jamás te va a fallar y que sin importar cuanta mierda tengas detrás o que basura hayas hecho, jamás te va a juzgar.

⸺Quieren ir... ⸺interrumpo su guerra de miradas, logrando obtener su atención. ⸺traer... tomar algo... ⸺balbuceo por la presión que ejercen sus ojos fijos en mí.

¬⸺¿Qué? ⸺inquieren todos al mismo tiempo.

⸺Iré a traer algo de tomar, ¿quieren que les traiga alguna cosa?

⸺No ¬⸺espeta Marcus, volviendo a poner su barrera de frialdad.

⸺Yo tampoco.

Emma solo niega con la cabeza y me sonríe intentando tranquilizarme.

⸺Bien, así que... ⸺me levanto con una sonrisa incómoda. Rodeo la cama de Emma, hasta poder llegar a la puerta.

Giro la perilla y salgo lo más rápido que puedo, tirando la puerta detrás de mí. Respiro detenidamente para intentar tranquilizarme y dejar de lado la tensión. Bajo la escalera con mucho cuidado de no hacer ruido, porque de lo contrario, mi madre se me lanzará encima para que vuelva a subir, y obviamente no voy a poner un pie adentro de esa habitación ni por un segundo más.

Camino a través del pasillo que conecta la escalera con las demás partes de la casa. Está decorado con varias mesitas en donde reposan fotos de la familia y alguna que otra se encuentra colgada en la pared, acompañada de varias medallas y trofeos que el hermano de Emma ha ganado gracias al fútbol.

Iko Swan ⸺el hijo menor de los Swan⸺ siempre se ha destacado por ser simpático con los que lo rodean, es un niño que ama correr detrás del balón y pensar que las naves alienígenas o de inteligencia artificial dirigidas por humanos, sí existen y que no tardará mucho para que llegue el día en el que una de esas súper naves aterrice en el planeta Tierra, sumándole su fanatismo por Max Steel, el cual ni siquiera entiendo bien, así que no ahondaré en ese tema.

Con la misma agilidad del inicio, logro escabullirme sin ser detectada por alguno de los padres y entrar sana y salva a la cocina, con el único objetivo de salir a tomar un poco de aire y sentarme en una de las sillas frente a la piscina del patio.

Abro la puerta con cuidado de no hacer mucho ruido.

Las palmeras y los arbustos que decoran los alrededores del lugar, se mueven al compás del viento y se escucha cuando las hojas se chocan entre sí.

Avanzo un poco más para sentarme, pero de nuevo alguien me interrumpe:

⸺¿Ella?

Visualizo a Marcus atravesar el marco que separa el patio de la cocina y cerrar la puerta detrás de él. Por alguna razón, su aspecto despreocupado y sombrío hace un juego perfecto con la oscuridad y el viento helado otorgados a la noche.

Volteo a mirar en su dirección y su atención se fija en el movimiento de las plantas sin pronunciar alguna palabra.

⸺Necesitaba salir de ahí o iba a...

⸺¿Ibas a?

⸺Nada ⸺toma asiento en una de las sillas.

Automáticamente también pongo mi trasero en la silla a su lado, pero la sensación de algo húmedo en la hendidura de mis nalgas me hace saltar de inmediato. Giro la cabeza intentando verme la espalda y comienzo a revisarme con las manos. Maldigo mentalmente.

⸺Mierda... ¿Qué...?

⸺Solo es agua.

Subo la mirada al rostro de Marcus y lo encuentro con los ojos fijos ahí. Sí, estás leyendo bien. Marcus tenía ambos ojos puestos sobre mi trasero. Marcus Queller estaba mirándome el trasero descaradamente y estaba segura que no se había percatado de que yo me estaba dando cuenta.

⸺¿Me estás mirando el...?

⸺¡¿Qué?! ⸺me interrumpe con un grito nervioso. ⸺¿Trasero? ¿Culo? ¿Yo? No, claro que no ⸺voltea todo su cuerpo y vuelve a echarle un vistazo a las plantas.

Sonrío y vuelvo a sentarme sin que me importe que mi ropa se humedezca más.

⸺¿Sabes? ⸺apoyo mi mejilla sobre mi mano. ⸺No es como que me moleste que lo hagas o... que lo hicieras.

⸺¿Ah no? ⸺vuelve a mirarme.

Niego con la cabeza mientras una de mis comisuras se curva maliciosamente. Sin embargo, me levanto de nuevo sin decir nada y camino hacia la entrada de la casa, dejando la conversación a medias.

⸺¿A dónde vas?

⸺A cambiarme de ropa.

Abro la puerta corrediza y continúo mi camino hasta llegar al segundo piso. Entro a la habitación de los padres de Ella, porque obviamente no iré de nuevo a encontrarme con Mack.

Intento cerrar la puerta, pero la mano de Marcus en el borde me lo impide.

⸺¿Qué pasa? ⸺inquiero.

⸺Tampoco quiero ver a Mack ¿sabes?

⸺Bien, pero debes hacerme un favor ⸺susurro como si se tratara de lago ilegal.

⸺Te escucho.

⸺En el armario del cuarto al lado del de Iko, hay ropa mía, y necesito que me traigas algo.

⸺Okey ⸺responde con un susurro igual al mío.

Desaparece entre la oscuridad de la sala y cierro la puerta por fin.

Me siento a los pies de la cama e inicio por quitarme los zapatos. Me deshago del pantalón, el cual estaba completamente mojado en la parte de atrás y desafortunadamente la humedad traspasó la tela, a tal punto que mi ropa interior también lo está.

Me quito el buzo azul oscuro de encima para estar más cómoda y quedar solo con mi camiseta, me recojo el cabello en una coleta alta y la amarro con una moña que reposaba en mi muñeca. Me levanto, agarro el pantalón mojado y lo dejo sobre una de las sillas del balcón de la habitación, esperando que el aire nocturno lo seque.

Volteo para devolverme a la habitación y me encuentro de frente con Marcus. Cierra la puerta cuando entra y levanta la mirada hasta encontrarse conmigo.

Primero, sus ojos se detienen en la parte inferior de mi cuerpo descubierta, después me mira a los ojos y, por último, vuelve a escanearme con más detenimiento todo el cuerpo.

Mis piernas se congelan. Mi idea era lograr sentarme sobre la cama antes de que él llegara, y no que tuviera una vista perfecta de mis muslos y mi pantaleta.

⸺Yo... ⸺se rasca la nuca y mira hacia otro lado ⸺traje esto... ⸺se acerca con pasos lentos hasta mí.

Extiendo ambas manos y recibo la ropa.

⸺Gracias.

⸺No hay problema, yo... ⸺se fija en mis piernas ⸺iré... ⸺señala con el pulgar hacia la puerta ⸺me refiero a que te daré privacidad.

Se voltea dirigiéndose a la salida.

Inmediatamente el ding de mi cabeza vuelve a sonar. Se supone que mi plan no era que Marcus me viera desnuda, por lo menos no ahora, pero ya que estamos en esta situación tan repentina por las casualidades de la vida... ¿Qué tiene de malo sacar mi lado "perra"? Bueno, que Marcus tiene novia, si... pero seamos honestos, a todos aquí nos vale mierda eso. Así que, de nuevo preguntaré, pero agregando tres palabras más: ¿Qué tiene de malo sacar mi lado "perra seductora" justo ahora? Nada.

⸺Marcus...

Instantáneamente voltea y se curva maliciosamente una de mis comisuras. Sin pensarlo dos veces, me quito la camiseta, tirándola a alguna de las esquinas. Marcus mira todo mi cuerpo y establece el contacto visual sin necesitar minutos de por medio. Doy varios pasos hasta llegar al frente del chico y como ya dije: "activar mi modo perra seductora", llevo mis manos al broche del brasier y sin dejar de mirarlo, al igual que él, decidida y sin algún resquicio de nervios o miedo, lo desabrocho.

Siento cuando la tela cae a mis pies y justo en ese momento el contacto visual que Marcus había establecido se rompe mientras siento sus ojos clavados en mis pechos. Probablemente esté mal que me caliente tan rápido, pero con esa mirada... si debo ser honesta... con esa mirada me mojé.

Traga grueso sin decir nada y sus labios se entreabren mientras sus pestañeos son constantes y algo nerviosos, dándome a entender que quería que esto pasara tanto como yo.

⸺Vístete ⸺desvía la mirada hacia otro lado.

⸺¿Por qué? ⸺pregunto con aires de inocencia algo sucia.

⸺Va a sonar muy mal si te lo digo.

⸺No me importa si suena bien o suena mal ⸺agarro su mandíbula, obligándolo a que vuelva a poner sus ojos ahí.

Se relame el labio inferior, siendo incapaz de quitar la mirada de mis pechos por segunda vez.

¬⸺Porque aumentan mis ganas de follarte.

Mierda... eso... vamos... ¿En serio debo decirlo? Por dios, eso hizo que literalmente se me inundara la parte de allí abajo.

⸺¿Te parece que eso suena mal, Marcus? ⸺me acerco a él sin llegar a tocarlo. -⸺¿Cuando también quiero que me folles?

Enarca ambas cejas.

⸺Pero está mal, Ella.

⸺¿Está mal?

⸺Muy mal.

⸺Bueno, pero ¿desde cuándo nos limitamos a lo que está bien o está mal? Nunca lo hicimos.

⸺Es cierto... pero...

Sin pensarlo dos veces, como me propuse que iba hacerlo al inicio del año; tomo su mano y la pongo sobre uno de mis senos.

⸺Solo házlo y ya.

Sus pupilas se dilatan de inmediato y automáticamente, los dedos de Marcus ejercen una presión deliciosa en la aureola que me hace morderme un poco el labio.

⸺A ver si te entiendo, Ella Roberts. ¿Quieres que te folle justo aquí y justo ahora? ⸺su voz adquiere un tono diabólico que me hace pensar que, efectivamente, ya no tengo el control de la situación.

⸺Fóllame cuantas malditas veces quieras, Marcus Queller.

            
            

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