Emma estaba muy molesta y ni siquiera entendía el porqué. Tanto que, durante el desayuno, había decidido sentarse al lado de mi madre e ignorarme por completo, al igual que la rara y corta conversación con mi mamá.
Y del mismo modo lo hizo mi padre, o, a decir verdad, desapareció. Según Linda, no había pasado absolutamente nada, pero Fred decidió