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En esa posición me recordó a la mujer del cuadro en su oficina quien también tenía el cabello azabache, los ojos de un café muy oscuro, la cautivante belleza, la misma mirada contundente, los brazos cruzados y la barbilla en alto. Todo en ellos gritaba poder. Al parecer esa energía era hereditaria.
⏤Oh, usted. ¿No debería estar en casa o al menos