Capítulo 3 ¡Kowalski, opciones!

Estuvimos algunos minutos dentro de la sala de interrogatorios cuando el otro oficial, de nombre Kotaro, de pronto se puso de pie y me dijo que iría al baño. Pero, antes de salir, me esposó en las esposas pegadas en la mesa frente a mí.

Acostumbrado, no dije nada y solo observé cada uno de sus movimientos con una expresión neutral. En el fondo, me intrigó un poco que no fuera brusco/agresivo al sujetar mis manos.

No fue como los demás.

«Nuevo...»

⏤Por si intentas escapar ⏤me dijo Kotaro usando un falso tono amable, sonriendo de la misma forma sin mostrar los dientes.

Era bastante áspero, pero pude percibir un ligero miedo o incomodidad al verme directamente a los ojos.

También estaba acostumbrado a eso.

⏤Debiste dejar que los matara ⏤la pequeña albina refunfuñó en cuanto estuvimos solos.

Suspiré con resignación.

⏤Ya no hay otra opción.

⏤¿Qué quieres decir? ⏤preguntó sin sacar la cabeza, dado que la cámara pegada en una esquina del techo nos filmaba.

⏤Quiero verlo, Mali, a Eugene ⏤declaré en voz baja, con la cabeza agachada de vergüenza.

Él era al que más recordaba, de buena forma.

Desesperadamente lo hacía. Desesperadamente lo extrañaba.

Además, si quería protegerlo, debía estar cerca de él.

Y no quería que eso volviera a suceder.

⏤¿Y si lo encuentra?

⏤No me apartaré de él. Asher Newman es un multimillonario, podrá esconderlo si él llegara a encontrarnos. Además, me mantendré con un perfil muuuy bajo.

Y ya tenía un plan por si eso pasaba.

⏤Estás siendo egoísta ⏤replicó con hastío.

Admití que aquello sí me molestó, pues siempre hacía todo lo que ella quería incluso cuando parecía arriesgado, peligroso.

Justo como hoy.

Además, pensé que ya era mí turno de hacer lo que yo quisiera.

⏤¿No me merezco un poco de paz? ¿No puedo ser egoísta una vez en mi vida? Estoy cansado de correr, Mali ⏤ante su silencio agregué⏤: Tú misma dijiste que necesitaba descansar...

⏤¡Bien! ⏤aceptó de mala gana luego de un rato de pensarlo⏤. Pero no bajaré la guardia, ni siquiera con Eugene.

⏤Naturalmente ⏤expresé ocultando mi sonrisa, entre aliviado y divertido porque había logrado convencerla.

Y al siguiente momento, mi corazón comenzó a latir desenfrenadamente al oír la desesperada voz de un preadolescente corriendo por el pasillo. Su corazón le martilleaba el pecho con violencia, emocionado y preocupado.

De forma inconsciente me removí sobre mi asiento con nerviosismo, emoción, y no me di cuenta hasta después.

La vergüenza me invadió casi al instante.

Y por un momento dudé.

Yacía tiempo que no sentía esta vulnerabilidad. Me asustaba y disgustaba la idea, el sentimiento, pero también era reconfortante, cálido. Solo...se sentía bien tener un amor incondicional que fuese mutuo. Por supuesto, tenía a Mali y la amaba, pero Eugene sí era mi familia.

Y no, no me refiero al hecho de sangre, si no que así yo lo sentía. Quería aferrarme a este sentimiento antes que se evaporara por completo, pues nada dura para siempre.

No en mi caso.

La puerta volvió a abrirse de un portazo, y finalmente pude verlo.

Primero me observó con estupefacción, con sus grandes ojos marrones bien abiertos, seguramente lleno de preguntas por mi nueva apariencia, y después corrió hacia mí y rodeó mi cuello con sus brazos. Casi un segundo después, con el sonido de algo metálico romperse, me liberé de las esposas con facilidad y abracé a mi hermano.

Su cuerpecito tembló bajo mis brazos, por lo que lo sostuve con más fuerza como si temiera que se esfumara como un fantasma.

⏤¿En verdad eres tú? ⏤me preguntó en un hilo de voz, todavía sin soltarme o mirarme.

Tenía los ojos cerrados, apoyando la barbilla en el hombro de Eugene. Antes de responder, relamí mis labios como una forma de recuperarme.

⏤Sí, ¿y tú?

⏤Igual.

Dado unos segundos más, que parecieron satisfactoriamente eternos, nos separamos y lo miré con más detenimiento; su cabello rizado azabache le llegaba hasta por encima de las orejas, ahora un poco desordenado; su pequeña nariz, al igual que sus mejillas, estaba algo roja por haber estado llorando (se podía apreciar con más notoriedad debido al tono claro de su piel); y ahora estaba más delgado y alto. Ya debía tener trece.

Ambos dijimos al mismo tiempo un «Estás diferente», y eso nos provocó algo de gracia. Después Eugene procedió a bombardearme con preguntas, todas sin hacer pausa alguna:

⏤¿Estás bien? ¿Te lastimaron? ¿Dónde estabas? ¿Por qué el ojo y la máscara?

Para mi suerte, más personas llegaron y ya no pude responder a sus preguntas.

Dos mujeres con ropa cara entraron a la habitación, pero ambas se detuvieron de golpe, estupefactas. Quizás creyeron haberse equivocado de lugar, pues les costó reconocerme.

⏤Hola, madre. Hola, hermana ⏤con una voz gélida las saludé mirando a cada una.

⏤¿Jenna?

⏤Por dios... ⏤murmuró Lorca con asombro, al tiempo que se acercaba a mí para abrazarme⏤. ¿Estás bien? ¿Necesitas ir al hospital?

Negué con la cabeza cuando con delicadeza la aparté.

⏤¿Te volviste a casar? ⏤le pregunté sin ocultar mi disgusto.

⏤Eh, sí~

Inevitablemente torcí el gesto en una expresión de desconcierto y molestia.

⏤¿Por qué?

Sentí como alguien ponía una mano sobre mi hombro, y al mirar vi que se trataba de Eugene. Con su cara me dijo un «Por favor, no», por lo que negué con la cabeza, cediendo.

⏤Como sea, quisiera descansar ⏤justo en ese instante mi estómago emitió un rugido. Fue claro que tenía hambre⏤. Y comer ⏤agregué ante eso.

Como el tal Adam era el hijo de Asher, y Lorca su prometida, me dejaron ir sin más.

No quería ir con ellas, pero ya no había escapatoria.

«Al menos ya lo veré más seguido»

La limusina del señor Newman se detuvo después de un rato, y al mirar por la ventana ahumada pude ver una enorme mansión.

⏤Ah, te casaste con él por su dinero.

⏤No, Jen.

Volví la cabeza hacia la pelinegra bien arreglada, confundido.

⏤¿Y entonces? ¿Qué otra razón habría para que te casaras?

⏤Amor ⏤respondió con obviedad antes que el chófer le abriera la puerta.

Solté una risa/resoplido sin gracia.

Amor, sí claro.

Como debíamos caminar, Eugene por fin me soltó, pues me había estado abrazando desde que nos subimos a la limusina.

Mali casi tuvo que esconderse/desintegrarse entre mis pechos para no ser descubierta.

⏤Te gustará este lugar ⏤manifestó Eugene mientras nos dirigíamos hacia la entrada. Sus ojos brillaron con emoción⏤. Tendrás tu propio dormitorio y Leon te traerá todo lo que quieras.

⏤¿Incluso ratas? ⏤inquirió Mali con una nota de ilusión/anhelo.

⏤¿Quién es Leon?

No pudo responder, pues de pronto las puertas fueron abiertas. Y de ahí, se asomó una cabeza rubia.

⏤Leon, ¿Asher ya volvió? ⏤le preguntó Lorca al tiempo que entraba.

El tal Leon me observó con intriga por un momento antes de responder.

⏤Aún no. Lucas también tuvo que irse debido a una reunión de imprevisto.

Yo fui el último en entrar, debido a que seguía desconfiando, y solo puse un pie dentro porque mi hermano me jaló del brazo.

El lugar no era nada más que una típica mansión de ricos. Incluso había un gran candelabro en el vestíbulo, en donde debajo de ella nos esperaba una persona que jamás había visto, quien sostenía un bebé.

Linda fue hacia la rubia y cargó al bebé.

⏤Gracias por cuidarla.

⏤No fue nada. Es muy linda y tranquila ⏤expresó con una dulce voz, mirando a la bebé con afecto.

⏤¿Tuvo un bebé? ⏤le pregunté a Eugene sin ocultar mi asombro, dado que nunca imaginé ni en mis más locos sueños ver a Linda siendo...humana.

⏤Sí. Se llama Ophelia.

Sentí lástima por Ophelia.

⏤Bueno, ella es Jen ⏤me presentó Lorca a esas dos personas.

Y ante eso, al mismo tiempo, Eugene y yo le corregimos. La expresión de Lorca fue como un «Ah, es cierto. Lo había olvidado», dejando en claro que siempre me vería como una mujer.

Mi familia era estrictamente religiosa (del tipo que malinterpreta la biblia), por lo que se les dificultaba tratar a una persona as.

Quizás Lorca seguía creyendo que con el tiempo "la fase" desaparecería y Jenna volvería...

Pero ya no tenía doce. Cumpliría diecinueve en unos meses, y seguiría siendo yo.

La mujer carraspeó.

⏤Ella es Ellie ⏤señaló a una linda rubia como de mi edad, y esta me saludó con la mano de una forma muy animada junto con un «¡Hola Jen!»⏤. Y él es Leon, el mayordomo.

⏤Es un placer ⏤dijo con amabilidad, ligeramente inclinándose.

«Se ve muy joven y atractivo para ser un mayordomo» Pensé, suspicaz.

Observé a todos con recelo e intriga, sin decir nada. Hasta que Lorca se percató de que seguía con el rostro y cabello hecho un desastre, y entonces volvió s hablar:

⏤Eugene, lleva a Jen al dormitorio.

Él asintió y lo seguí hacia las escaleras.

⏤Tu habitación da con la mía, así que estaremos cerca ⏤me informó Eugene luego de entrar a un gran cuarto.

Había cajas en el centro, un ventanal y tres puertas. Una debía ser la que permitía entrar al dormitorio de Eugene.

Me acerqué hacia las cajas y abrí una. Para mi sorpresa, todo me era familiar.

⏤Guardaste mis cosas ⏤no oculté mi sorpresa.

⏤Sabía que regresarías.

Me giré hacia mi hermanito, e inevitablemente la comisura derecha de mi labio se elevó en una sonrisa.

No mentiré, me agradó la idea de ya no sentir dolor físico, impotencia y ansiedad por no saber el estado de Eugene y de...

Sacudí la cabeza.

⏤Tengo hambre.

Eugene pareció reaccionar/recordar algo.

⏤Ah, sí. ¿Aún..aún te gusta el sándwich de mantequilla de maní y mermelada?

Asentí.

⏤Pero, ¿podrías también traerme algo de carne cruda?

⏤Por supuesto.. ¿Cómo? ⏤parpadeó, ceñudo.

⏤Carne. Quiero carne cruda.

⏤¿Pero~?

⏤Iré a darme un baño. ¿Es ahí? ⏤no lo dejé terminar a propósito, y simplemente entré al baño.

En cuanto cerré la puerta tras de mí exhalé con fuerza. Luego pegué la oreja en la puerta para poder oír.

⏤Será difícil esconderte ⏤comenté después de que él se fuera.

Mali sacó la cabeza de debajo de la camiseta de enfermero.

⏤Podríamos huir. Nadie nos mira...

⏤¿Y adónde iríamos? ¿Qué comeríamos? ¿Dónde dormiríamos sin correr riesgos?

⏤Pudiste simplemente decir que no...

Suspiré.

Suspiré.

⏤Lo siento. No quiser ser malo... ⏤acaricié su cabeza y ella, como un gato, cerró los ojitos y lo disfrutó.

Procedí a desvestirme luego de unos mimos más, con algo de dificultad dado que me encontraba bastante debilitado, y ambos entramos a la bañera. Primero la ayudé a limpiarse la suciedad y ella me ayudó a lavar mi cabello azabache, el cual estaba bastante largo llegando hasta por debajo de mi cintura.

La máscara, que era de porcelana, se encontraba adherida a mi rostro por lo que era imposible de quitar. Me la había puesto luego de la transformación, pues a él le disgustaba ese lado de mi cara...

Cerré los ojos cuando Mali me echó agua sobre la cabeza enjabonada con la regadera teléfono. El agua, que antes era transparente, se había teñido en rojo.

No estaba herido, ya no, pero la sangre se había secado.

⏤En la noche, cuando todos duerman, buscáremos ratones ⏤le informé dado terminado el baño, aún dentro de la redonda bañera.

Estaba con la espalda recargada en el mármol blanco, con los brazos a cada lado sobre ella y con una rodilla alzada para que así Mali descansará la cabeza en ella.

Me miró con esos ojos rojos brillando de emoción/entusiasmo.

⏤¿En serio?

Asentí.

Yo aún podía comer comida humana, pero ella no, por lo que era imperactivo encontrarle roedores.

⏤Bien, porque no puedo ingerir carne cruda.

⏤Ah, cierto. Necesitas vidas~

Cuando las yemas de mis dedos en pies y manos comenzaron a ponerse como pasas fue que por fin salí. Me envolví en una toalla, sequé a Mali con otra y nos dirigimos hacia la puerta, con ella rodeando cómodamente mi pierna.

Pero antes de siquiera abrirla me percaté de que alguien se encontraba al otro lado. Podía oír perfectamente sus latidos.

Le hice una señal a Mali para que se escondiera/subiera más arriba, luego salimos.

Eugene me esperaba con una bandeja. Sus cejas se fruncieron en cuanto notó mis cicatrices y algunos moretones que me había hecho ese día.

De inmediato dejó la bandeja sobre la cama y corrió hacia mí, empapado de preocupación.

⏤¿Quién fue?

Tuve que arrodillarme porque era más alto que él. Coloqué mis manos sobre ambos hombros y los froté con suavidad como una forma de tranquilizarlo.

⏤Está bien. Estoy bien, ¿okay? Ya todo pasó ⏤le aseguré usando un tono aterciopelado, el cual pareció funcionar porque empezó a respirar con normalidad al tiempo que su preocupado corazón comenzó a calmarse.

Exhaló, culpable.

⏤Lo siento, tú debes sentirte peor.

Negué con la cabeza.

⏤Sabes que soy bueno lidiando con los problemas o dificultades.

Pero sus cejas se arquearon de nuevo, otra vez inquieto.

⏤Dime la verdad, Jen. Necesito saber qué te pasó ⏤ante mi duda, agregó⏤: Ya no soy un niño, puedo lidiar con esto. Quiero ayudar, Jen. Si puedo, quiero hacerlo.

⏤Sería bueno tener un aliado ⏤opinó Mali de pronto.

¿Y no que no bajaría la guardia?

Lo pensé.

Maldición, sí lo pensé.

No estaba 100% convencido, pero Mali tenía razón en algo:

Necesitábamos un aliado.

Además, sabía que Eugene era jodidamente persistente y no se rendiría en descubrir la verdad.

Por supuesto, no le contaría todo.

Sería una verdad a medias.

⏤De acuerdo. Te diré todo, pero al menos deja que me vista ⏤acepté finalmente.

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