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Título completo: Lo peor que Dios me ha hecho desde que decidió que yo naciera en clase media.
Ya era tarde por la noche, bastante, de hecho; estaba de pie frente al espejo del lavabo mientras me cepillaba el cabello húmedo. Había tomado una larga ducha, pero mi cuerpo seguía caliente.
Literalmente, como si tuviera fiebre.
No podía apartar la mirada de el reflejo del espejo. Mi rostro estaba totalmente descubierto. Vi esa parte después de años: verde, en algunas zonas se sentía como piel de reptil y en otras, si mirabas de cerca, se podía apreciar las cicatrices de cuando me quité la máscara.
No me provocó disgusto o rechazo, al menos ya no. Al principio me aterraba, pero después de conocer a Mali me sentí feliz de compartir una parte de ella. En especial porque, en teoría, ya no le pertenecía a Lorca, la mujer que se autoproclamaba mi madre.
Era, en sangre, cuerpo y alma, de Mali.
Ella sí era una madre. Mi madre.
Incluso me dio vida...
El sonido de mi celular me sacó de mi mar de pensamientos. Extendí una mano hacia un lado del lavabo, pues ahí lo había dejado, y contesté la llamada sin siquiera mirar el nombre.
Sabía perfectamente de quién se trataba.
⏤¿Sucede algo, Sr. Ace?
⏤¿Dónde estás?
Fruncí el ceño. Sonaba como si estuviera ebrio.
⏤¿Bebió?
⏤Me acabo de despertar y no te veo por ningún lado. ¿Acaso..Acaso te fuiste?
⏤¿Qué? ⏤me reí.
⏤Me siento raro. Tan débil...
Sonaba desorientado, como todo un ebrio.
⏤Mejor vuelva a dormir. Debe estar cansado ⏤logré decir, conteniendo las risas.
⏤Lo haré solo si duermes conmigo. Estás calientito... ⏤murmuró eso último, pero sonó ahogado como si tuviera el rostro hundido en la almohada.
⏤Lo lamento, pero eso no será posible.
⏤Pero te extrañooo.
⏤Le prometí a mi hermano dejarlo dormir conmigo esta noche. Al parecer tiene pesadillas sobre..mí y el hecho de que nunca regreso...
⏤Aaagghh ⏤se quejó. Escuché ruidos raros, como de alguien sacudiéndose sobre la cama, y después habló⏤: Dios, casi vómito...
Una pequeña chispa de ¿preocupación? me envolvió, pero antes de poder decir algo volvió a hablar:
⏤Me tomaré el «Antídoto» que me trajo Lucius hace...no sé. ¿Dónde lo dejé...?
Decidí acabar con esa llamada tan absurda:
⏤Bueno, problema resuelto. Si se siente peor llame a Lucius para que lo lleve al hospital. ¡Adiós! ⏤colgué de inmediato, antes que dijera algo más.
Exhalé con fuerza al tiempo que ponía ambas manos a cada lado de la mesita del lavabo.
⏤Debe estar agotado después de que drenaste su vigor. Ya se acostumbrará. Tú igual ⏤la oí decir desde su terrario.
Una parte de mí se arrepintió de haberlo hecho, pero me alenté a seguir porque en cuanto aprendiera a controlar a los demás, sería invencible.
Ansiaba ese momento.
Oí entrar a Eugene, por lo que me cubrí esa parte del rostro y salí del baño.
Unas horas después, cuando todos debíamos estar dormidos, me percaté de algo:
⏤¿Eugene? ⏤lo llamé en voz baja⏤. ¿No puedes dormir?
Las luces estaban apagadas, la tenue luz de la luna traspasaba por las cortinas. Mali descansaba cómodamente en su terrario y Eugene se encontraba de espaldas a mí.
Lo vi apretar la almohada con fuerza, y en una voz baja y dudosa, dijo:
⏤Es que..es que...
⏤Dilo ya, Eugene ⏤exigí con impaciencia.
Suspiró con resignación para después girarse hacia mí.
⏤¿Por qué no me dejas ver tu rostro?
Sus cejas estaban arqueadas. Parecía ofendido.
⏤Eugene~
⏤Eugene nada ⏤me interrumpió de golpe⏤. Soy tu hermano, Jen. Cualquier cosa que vea o digas no cambiará el hecho de que te quiero.
⏤Pero ya no queda nada de humanidad en mí. Soy~
⏤No, no es cierto. No lo digas ⏤se relamió los labios en un gesto de frustración⏤. Jen, prometiste no dejarme de lado.
Eso último sonó más débil, afectado.
⏤Me conoces, jamás rompo una promesa ⏤lo pensé. Luego suspiré, resignado⏤: De acuerdo...
Maldito niño, siempre lograba que fuera permisivo.
Ambos nos sentamos. Con algo de duda, me quité la máscara. Observé su rostro y movimientos con detenimiento, expectante.
Una parte, una gran parte de mí temía que se asustara y corriera lejos de mí, y entonces lo perdiera para siempre.
Ese, era mi gran temor: perder a otro ser querido.
Pero entonces, entre mi inquietud, la reacción de Eugene rompió todos mis miedos:
Abrió mucho los ojos, asombrado.
⏤Increíble... ⏤murmuró para después extender una mano hacia mi cara y tocarme con las yemas de sus dedos⏤. Vaya, la textura es igual a la de Mali. Cool...
Inevitablemente emití una risa/resoplido, aliviado.
Y entonces me atacó con sus preguntas:
⏤¿Eres mitad serpiente? ¿Te duele? ¿También sueltas veneno? ¿Por eso tus colmillos son más largos? ¿También..sacas huevos?
⏤Basta, Eugene.
⏤Bueno... ⏤hizo un puchero. Pero luego sus ojos brillaron como si hubiera recordado algo⏤: Oh cierto, olvidé felicitarte.
⏤¿Por qué?
⏤Pudiste hacerlo. ¡Cantaste otra vez! ⏤sonó feliz.
⏤¿Cómo lo sabes?
⏤Le pedí a Lucius que te grabara.
Enarqué una ceja.
⏤Se hicieron amigos muy rapido, eh...
Alzó los hombros.
⏤Es amable ⏤sonrió con malicia⏤: ¿Celoso?
⏤Un poco ⏤admití.
Eso le pareció divertido, porque emitió una pequeña risita.
⏤Tranquilo, siempre serás mi favorito. Como sea, estuviste increíble. Parecías nervioso al principio pero luego te desenvolviste. Fuiste tú.. Él estaría muy orgulloso.
Oh, justo en la herida aún abierta.
Hice un enorme esfuerzo por sonreír pese a que el nudo en la garganta me hizo querer hundir la cara en la almohada y llorar dramáticamente.
Aún dolía.
Aún me sentía culpable.
⏤Por cierto, no le digas a nadie que dormir contigo ⏤agregó⏤. No quiero que me llamen bebé o una cosa así.
⏤Por supuesto, bebé.
⏤¡Hey! ⏤me golpeó con su almohada, y me reí.
(....)
Era una mañana normal (?) en la mansión Newman. Todos estábamos desayunando. Los demás, como era costumbre, hablaban sobre cosas relacionadas al entretenimiento porque todos, excluyendo a Adam, se dedicaban a ello.
Lucas era más un modelo/cantante que actor, Ellie era Youtuber y se estaba preparando para actuar en una nueva serie de televisión. Al parecer era algo grande, porque no paraba de hablar de ello todos los días que por un momento tuve la tentación de gritar.
Al único Newman que no había visto desde hacía días era a Adam. Él tenía su propio apartamento en la ciudad y solo se reunía con ellos por casualidad o cuando su padre lo obligaba asistir a algunos eventos.
Estaba demasiado ocupado encerrando criminales como para ver a su familia.
Bebía tranquilamente de mi licuado (porque ya que no podía masticar de forma cómoda debido a la máscara tenía que digerir todo en líquidos), mientras fingía estar presente cuando en realidad estaba absorto en mis escenarios ficticios, hasta que alguien golpeó levemente mi hombro.
Extrañado, miré al causante sin sacar el popote de mi boca.
⏤¿Hm?
Eugene solo movió la cabeza hacia el frente, como si estuviera diciendo «mira».
⏤Jen no querrá. Sabes cómo es ⏤expresó Linda mientras miraba a Lorca.
Dejé el vaso sobre la mesa y me dirigí a la pelinegra, ignorando por completo a la adoptada (le decía así porque su cabello era de un castaño oscuro y sus ojos azules... Aunque ahora yo también parecía adoptado):
⏤¿Qué sucede? ⏤le pregunté.
⏤Nos invitó un viejo amigo de Asher a la boda de su hija esta tarde. Iremos todos, incluyéndote. Ya tengo tu ropa.
⏤Creí que no querías que se supiera sobre mí ya que dañaría la carrera de sus hijos ⏤señalé con la cabeza a Asher, medio indiferente, medio retador.
⏤Bueno, no eres una asesina, ¿oh sí?
⏤Hmm... ⏤dudó Mali.
Mi mandíbula se tensó.
⏤Un. No «una», Lorca. Y sobre la boda, preferiría no asistir.
Hice el amago de volver a beber el licuado cuando la voz, ahora en modo autoritaria, de Lorca me interrumpió:
⏤No tienes opción. Debes convivir con otras personas, te hará bien.
Luego de eso procedió a hablar con Asher, y aquello me molestó bastante. ¿Cómo se atrevía a darme ordenes?
Quise replicar, decirle que ya era mayor de edad y que por ende su palabra perdía valor, pero entonces recordé que Eugene estaba presente.
Sabía cuánto detestaba que Lorca y yo discutiéramos, pues siempre terminaba mal, por lo que intentaba no hacerlo en su presencia. No lo entendía del todo, pero me bastaba para evitar que llorara.
Me tragué el deseo por rebelarme y de mala gana me bebí mi licuado.
Tiempo después descubrí la otra razón por la que quería que asistiera a la boda. Al parecer me presentaría a un colega suyo para por fin entrar al mundo de los adultos con responsabilidades y esa mierda. Ya tenía un trabajo como barman/a veces chófer/cantante en el Lux, pero por supuesto que no le contaría sobre ello. Se le caería la peluca rizada.
Después del almuerzo fui al cementerio.
⏤Grita si me necesitas ⏤dijo Mali mientras bajaba por mi pierna.
⏤Okay ⏤asentí.
Mali me dio privacidad y fue a rondar por el frío y funesto lugar. El cielo estaba despejado, hacía algo de viento. Pronto caería la nieve.
Invierno. Nuestra época favorita...
Me encontraba de pie frente a una reluciente lapida. Sobre la tierra no habían flores, si no cuchillos encajados.
Era una imagen extraña si no sabías el contexto.
Del interior de mi abrigo saqué un cuchillo que había tomado de la mesa del comedor esa misma mañana, me puse de rodillas y por un momento cerré los ojos y presioné la punta de la empuñadura contra mis labios, como si le estuviera dando un piquito. Lo sujetaba con ambas manos, cuando de pronto lo alcé sobre mí y lo introduje en la tierra.
Una reminiscencia vino a mí al instante:
⏤Okay, pero debemos hacernos una promesa ⏤propusé de pronto, aún recargado sobre su pecho.
⏤¿Qué mamada vas a decir ahora, Jen?
⏤¡Escucha! ⏤lo empujé levemente mientras reía.
⏤Okay. Okay. Escucho.
⏤Si uno de nosotros muere primero, el otro deberá poner cuchillos sobre su tumba cada que lo visite, y mientras lo hace recordará un buen momento con él.
⏤¿Cuchillos? ¿Qué significará?
Esbocé una sonrisa tonta/traviesa.
⏤Eso lo decides tú.
⏤¿Y qué significa para ti? ¿Un profuso odio? ¿Amor?
⏤No te diré.
Y entonces comenzó a hacerme cosquillas y amenazó con no detenerse hasta que le dijera lo que significaba para mí.
Al final se rindió. Sin éxito.
Ambos caímos sobre la cama, exhaustos.
⏤Bueno, para eso debemos crear más momentos inolvidables ⏤comentó dado un minuto. Emitió un quejido⏤. Agh, detesto salir...
Ambos eramos introvertidos, quizás él más que yo, por lo que yo tenía que ser el extrovertido.
⏤Hmm... ⏤pensé, hasta que recordé algo. Me senté de golpe⏤: ¡La feria! Es el mejor lugar. Hay juegos y mucha comida.
⏤Y gente fastidiosa ⏤dudó.
⏤Vamooos. Desde niño he querido subirme a los autos de choque. Nadie quería subirse conmigo... ⏤puse cara de perrito triste.
Suspiró, resignado.
⏤De acuerdo. Cumpliré el sueño del pequeño Jen.
Amaba que fuera tan fácil convencerlo en cuanto pusiera cara triste o pronunciara las palabras «nadie quería» o «nunca he hecho».
Él siempre quería hacer conmigo esas cosas que yo jamás probé. Deseaba ser el primero en todo.
Sonreí de oreja a oreja y lo abracé con fuerza.
⏤¡Eres el mejor amigo que existe!
El sonido de nuestras risas en esa tarde desapareció tan rápido como la llama de una vela, mientras que mi pecho se contraía tanto que por un momento me asusté.
Cada vez que recordaba su voz, su risa, su sonrisa torcida, su tacto, su largo cabello castaño claro y sus ojos tan verdes como la piedra esmeralda algo en mí se rompía por más insignificante que fuese el recuerdo.
Dolía cada maldito día. Cada fibra de mi cuerpo. No podía ni pronunciar su nombre sin romperme.
Vendería mi alma y todo lo que poseía con tal de volverlo a ver, de cambiar las cosas para así no perderlo. Lo quería de vuelta, pues se había llevado una gran parte de mí.
Mi luz.
Mis risas.
Mis ganas de seguir intentándolo.
Nada. No quedaba nada de eso. Solo seguía existiendo por Mali, porque necesitaba mi ayuda. Porque se lo debía.
Esa era la verdad. La verdad que le ocultaba incluso a ella.
Ella no sabía cuánto ardor y dolor sentía todos los días. No sabía que casi todos los días me encerraba en el viñedo para llorar, pues era inevitable. La sensación era demasiado asfixiante, agotador.
Era hasta sobrenatural lo vulnerable que me ponía y cuánto dolor podía causar la ausencia de alguien.
Conocerlo fue como recibir una puñalada justo en el corazón: fue mortal.
Froté mi pecho con mi mano en un intento de amortiguar el dolor y con la otra limpié mis mejillas, ahora húmedas. Mi boca, ahora entreabierta exigiendo aire, expulsó el vapor debido al frío.
⏤Lo siento ⏤expresé en un hilo de voz⏤. Sé cuánto odiabas verme llorar, pero ahora no tengo motivos para reír... ⏤mi voz se quebró con eso último.
Intentaba mantenerme fuerte, pero a veces era..demasiado difícil.
A veces solo quería rendirme.
Después de calmarme me puse de pie y busqué a Mali. El lugar era bastante grande, no había gente cerca por lo que la llamé.
Pasaron unos minutos. Caminaba entre unos mausoleos mientras la llamaba, cuando de pronto una figura apareció frente a mí.
⏤¿Jen?
La había percibido antes, pero creía que se trataba de Mali.
⏤Ah, tú ⏤dije con indiferencia.
⏤¿Qué haces aquí?
El detective me observó de arriba y abajo, desconcertado y sorprendido. Parecía que no se esperaba encontrarme en un lugar así.
Me creía insensible. Perfecto. Así debía ser.
⏤Nada ⏤respondí con calma, aburrido.
Quise decirle «nada importante», pero mi garganta ardió ante la idea de hacerlo menos a él, aun si fuese mentira.
El rubio entrecerró los ojos, y entonces frunció el ceño.
⏤¿Acaso..estuviste llorando?
Resoplé/reí como si fuese absurdo.
⏤Por supuesto que no. ¿Qué hacías ahí, detective? ⏤decidí preguntar para que ignorara mis ojos rojos.
Nota mental: llevar gotas para los ojos la próxima vez.
⏤Visitaba la tumba de mi madre ⏤fue honesto.
Fruncí el ceño.
⏤¿Tu madre? Pero ella estaba~
No lo completé debido a que recordé algo.
«Al final no lo logro».
Quise decirle algo, dar mis condolencias, pero entendí que eran aguas que no debía tocar.
Adam carraspeó y cambió de tema:
⏤¿Quién es Mali, por cierto?
⏤¿Lo preguntas como policía?
⏤¿Es relevante acaso? ⏤usó el mismo tonillo retador que yo, pero levemente más pragmático.
Justo entonces, entre las miradas recelosas que nos lanzamos, mi celular vibró en el bolsillo de mi abrigo. Ya tenía la mano ahí, por lo que solo lo saqué y me alejé un poco para contestar:
⏤¿Adónde fuiste? ⏤me preguntó Lorca con algo de exasperación en cuanto atendí⏤. Fui a tu habitación pero la puerta estaba cerrada con llave. ¡Y Eugene dijo que fuiste a la ciudad!
⏤Relájate, mujer, solo di un paseo.
⏤Justo hoy... ⏤la oí suspirar⏤. Como sea, no olvides que saldremos.
⏤Que me arrastrarás allá ⏤corregí apretando los dientes.
⏤Oh, un paquete llegó. Tiene tu nombre.
Fruncí el ceño y rápidamente un escalofríos me recorrió la espinal dorsal.
⏤¿Lo abriste?
⏤No, pero me tenté porque es extraño...
⏤Voy para allá.
No esperé más y colgué.
⏤¿Sucedió algo? ⏤me preguntó Adam pero lo ignoré.
⏤¡Mali! ⏤la llamé con fuerza, ya sin importarme que él la viera.
Era una emergencia. Nada importó.
Alcé la cabeza hacia lo alto del mausoleo a mi lado, pues ahí se encontraba; extendí mi brazo y ella saltó a él. Comencé a caminar con rapidez hacia la salida.
Si Adam habló, no lo supe.
⏤¿Será él?
⏤No lo sé ⏤respondí en una mezcla de pavor e ira.
En cuanto llegamos solo cogí la larga caja negra, ignorando por completo a Lorca, y salimos de la mansión. Nos alejamos lo suficiente. Coloqué con cuidado la caja sobre el suelo de concreto a un lado de la gran verja, me senté sobre los talones y solo la observé en silencio por un momento mientras muchas preguntas me abordaban: ¿Por qué ahora? ¿Por qué una caja y no él mismo? ¿Acaso era una bomba? ¿Explotaría en cuanto la abriera? ¿Se detendría al matarnos?
Mi corazón se aceleró y un frío miedo me envolvió de forma tortuosa.
Sentí a Mali sacar la cabecita por el cuello de mi camiseta. Con una nota de precaución, ordenó:
⏤Hazlo ya.
Cogí aire y valor y con cuidado deshice el brillante moño plateado que envolvía a la larga caja. Alcé la tapa y...
⏤Ah ⏤emitió la albina.
Solo había un traje de tres piezas. Era color vino tinto y de terciopelo. Parecía de mi talla.
Mi ceño ya estaba lo suficientemente fruncido, pero aquello me desconcertó aún más.
¿Por qué un traje? ¿Era para mi funeral? ¿Para el de Eugene? ¿Qué? ¡¿QUÉ?!
⏤Hay una nota ⏤advirtió Mali.
Sobre el chaleco había una pequeña hoja negra. La cogí y la desdoble.
Esto era lo que tenía escrito: «Deseaba dártelo en persona, y así ver tu encantador y contundente rostro que tanto me gusta, pero desgraciadamente surgieron unos contratiempos. Te daré los detalles más tarde. A ^^».
⏤Es del Sr. Ace ⏤comenté en un suspiro aliviado, pues conocía el «A ^^». Coloqué una mano sobre mi pecho⏤. Por Lucifer, casi se me sale el corazón...
Me pasé una mano por el cabello y mi cuerpo tenso comenzó a relajarse al ver que no había peligro.
Bien, no había bomba.
⏤¿Por qué te enviaría un traje?
⏤Tal vez planea salir ⏤alcé los hombros y me dispuse a llevar todo a mi dormitorio.
Pensé que al entrar Lorca me atacaría con sus preguntas, pero no había ni un alma ahí.
Estaba por subir las escaleras, pero cambié de parecer cuando un ruido en la sala de estar captó mi atención. Me deslicé por las paredes, me coloqué a un lado de las puertas pero no asomé la cabeza. Solo oí.
⏤¡Pero qué hermosa niña! ¿De quién lo habrás sacado? ⏤preguntó Lorca con una tonta voz. Suspiró⏤. Ay, espero que tú sí seas más normalita y pueda vestirte sin que llores porque te vean como niña. ¿Sabes? tu tía Jen odia con todo su ser la ropa de mujer. Lástima, se vería muy linda con un vestido...
⏤Hija de... ⏤siseó Mali con molestia.
Estaba consciente de que Lorca no respetaba mis pronombres, pero me molestó bastante que frente a mí fingiera que lo intentaba cuando en mi ausencia toda su transfóbia salía a flote.
Tremenda hipócrita...
Mi mano, que sujetaba la manija, la apretó tan fuerte que pude oír un crujido, como de algo rompiéndose.
⏤¿Oíste eso, Ophelia?
Mierda.
En nada de tiempo subí las escaleras y me escondí detrás de una pared. La escuché salir.
⏤Qué raro, la manija se rompió... Bueno, ¿tienes hambre, pequeña? ⏤volvió a usar ese tonillo estúpido para después volver a la sala.
Mali sacó la cabeza. Sus ojos rojos ardieron en furia.
⏤No esperaba nada, NADA de ella y aún así logró decepcionarme ⏤gruñó la albina⏤. ¿Estás bien? ⏤me preguntó con cuidado.
Sacudí la cabeza, los pensamientos absurdos que empezaron a abordarme. No había tiempo para ello.
Alcé la barbilla, seguro e imponente.
⏤No importa. Lo que ella piense sobre mí me da igual. Yo lo hice primero, así que lo que sea que diga no podrá, ni debe, afectarme.
Cuando nuestros ojos se encontraron, los suyos destellaron en aprobación y afecto.
⏤Me dan tanta alegría que ya no te afecte.
Así debía ser.
Así debió ser.
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HOLIWI.
Hice hice una playlist ^^.
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