Capítulo 9 Me dolió, pero me duele más una Latam corrupta

Varías horas después, a eso de las seis treinta, el Sr. Ace me informó sobre que había sido invitado a un evento esa misma tarde y que yo debía acompañarlo, pero evidentemente tuve que rechazarlo ya que tenía otro compromiso y, para mi desgracia, no podía faltar.

Hubo muchas quejas por su parte, pero al final cedió.

⏤Tendrás que compensarlo ⏤me dijo con una nota insinuante, antes de colgar.

Guardé el móvil en el bolsillo de mi pantalón y fui hacia el armario: abrí una de sus puertas y colgué el vestido con la bolsa protectora, el cual Lorca, ingenuamente, me había dado para que usara. Lo volví a cerrar y me dirigí hacia el espejo de cuerpo completo, ya vestido con el traje de tres piezas color vino tinto.

Mali silbó con aprobación y asombro.

⏤Bueno, lo admito, ese humano tiene buen gusto ⏤dijo desde su terrario⏤. Supo qué color le quedaría a mi niño.

⏤Y extrañamente la talla es correcta... ⏤murmuré observando mi reflejo con curiosidad y sorpresa.

Pese a que era de mi talla, pues normalmente usaba unas tallas más grande, no me incomodó. Y además, gracias al binder, no lucía como mujer.

Era triste que tuviera que seguir los estereotipos, pero vivíamos en un mundo demasiado transfóbico que la mayoría tenía que reprimirse para no sufrir abusos y rechazo. Incluso toda una vida. Y, si nos atrevíamos a liberarnos, solo éramos validos cuando cumpliésemos con los estereotipos o fuésemos binarios.

Quizá las personas AS ya aparecían en la pantalla o en los libros con más libertad. Quizá el mundo estaba "evolucionando", pero siempre favorecerían a las personas cis-hetero-alo-monogamicas. No importaba qué, su voz siempre sería la más escuchada.

Ellos siempre serían los «normales».

Ellos siempre serían los únicos merecedores del cielo.

Ellos siempre serían los más seguros respecto a su identidad/sexualidad.

Ellos valían más. Su vida valía más.

La imagen de una hermosa ciudad siendo contaminada por el gran y tóxico humo negro que expulsaban las fabricas, haciendo a veces imposible respirar, me recordó a lo que a veces yo sentía: asfixia e incluso pánico. La impotencia por no poder cambiar las cosas, por el hecho de que más pequeños Jen's tengan que esconderse en su habitación para no salir al cruel y aterrador mundo.

Era triste y frustrante, pero intentaba no pensar demasiado en ello para no deprimirme/enojarme.

Solté una gran exhalación en un intento por calmarme. Me concentré en mi atuendo: le faltaba algo, el toque final.

Busqué en el cajón de la mesita de noche, pero no estaba ahí. Rebusqué en cada rincón del dormitorio, mas no lo encontré.

Algo frustrado, me giré a Mali:

⏤¿Haz visto mi broche?

⏤Lo usaste anoche, quizá se cayó en el Cuarto rojo ⏤luego de decir eso, procedió a comerse una rata. El chillido del roedor fue ahogado con la garganta de la albina.

Negué con lentitud la cabeza.

⏤No, el Sr. Ace ya me lo habría regresado.

Observé a mi alrededor, un tanto pensativo. Todas mis pertenecías ahora se encontraban en el suelo o sobre los muebles de forma desastrosa. Debido a eso, el olor a sangre y a algo echado a perder se dispersó por todas partes.

Ya estábamos acostumbrados a esa clase de olores, por lo que ninguno reparó en ello.

⏤No creo ⏤refutó Mali, adoptando un tono odioso⏤. Probablemente haya recolectado hasta un mechón de tu cabello como el raro que es.

Giré los ojos.

⏤Ni siquiera lo he hipnotizado aún.

⏤No necesitas hipnotizar a alguien para sacarlo de sus casillas, Jen ⏤dijo con obviedad.

La miré con curiosidad e interés.

⏤¿Ah, no? ⏤pregunté.

Negó con lentitud la cabecita blanca. Noté un destello de diversión y entusiasmo en sus ojos.

⏤Solo tocas la vena correcta y ¡Poof! O hace una estupidez y muere o lo tienes comiendo de la palma de tu mano ⏤soltó una risilla traviesa⏤. Como tú desees.

⏤¿Cómo tú lo tenías? ⏤inquirí al recordarla intentando manipularlo a él para que le permitiera pasar más tiempo conmigo en el jardín.

⏤Mejor, definitivamente. A ese humano le gustas, Jen ⏤señaló con obviedad⏤. Le atrae lo..diferente. Usa eso a tu favor.

Una chispeante intriga me atenazó. ¿Controlar a alguien sin recurrir a la hipnosis? ¿Era posible?

De pronto, el delicado pero sonoro golpe en la puerta interrumpió nuestra siniestra y un tanto confusa conversación.

Al abrir, me encontré con ese apacible rubio. Vestía un pantalón negro y un chaleco del mismo color; supuse que iría a la boda.

⏤¿Sucede algo, Sr. Mayordomo? ⏤le pregunté con naturalidad.

Para mi sorpresa, alzó un muy familiar broche frente a mí.

⏤Creo que esto le pertenece.

Abrí más los ojos con sorpresa y con cierto alivio.

⏤¡Lo estaba buscando! ⏤lo cogí con rapidez muy al estilo de Gollum (aquella criatura de El señor de los anillos). Solo me faltó decir «mi precioso, mi precioso». Fruncí el ceño al percatarme de algo⏤: ¿Cómo supiste que era mío?

Hizo un leve encogimiento de hombros.

⏤Lo vi entrar anoche. Parecía que no quería ser visto así que me quedé en la sala de estar, y al salir lo encontré en el suelo del vestíbulo.

⏤Pero no lo sentí... ⏤murmuré para mí mismo, confundido y desconcertado por el hecho de que ni siquiera había oído sus latidos.

De hecho, la mayoría de las veces me tomaba por sorpresa, pues no lo veía venir. La forma en la que se movía era ágil y silenciosa, sus latidos eran tan serenos/silenciosos que apenas podía oírlos o a veces parecían estar sincronizados con la persona más cercana a él por lo que me era imposible distinguir sus latidos. Era como un ninja.

En definitiva, Leon era todo un enigma.

Sacudí mis pensamientos y me apresuré a esbozar una especie de sonrisa amable.

⏤Bueno, gracias por regresarlo. Vales mil.

Hice el amago de cerrar la puerta otra vez, pero entonces algo se interpuso y la puerta no se cerró. Miré hacia abajo, extrañado, y vi que la reluciente bota de Leon la había detenido.

Al verlo, ceñudo, este esbozó una sonrisa afable.

⏤Disculpe, pero me duelen los ojos al ver cómo tiene la corbata.

Al siguiente momento, poso las manos sobre mi corbata mal hecha. Fue tan rápido e inesperado que no tuve el tiempo para reaccionar.

Lo tenía demasiado cerca. Pude percibir con mayor fuerza el dulce aroma de su vigor. Fue...tentador. Mis dedos cosquillearon.

«Calma, Jen. Aquí no. No ahora». Me repetía eso desde la mañana, pues ahora estaba totalmente consciente de lo apetitosas que podían llegar a ser las personas. Los sentía con más intensidad, como si le hubiese subido a la música hasta el limite. Era una tortura.

⏤¿En serio se veía tan mal? ⏤decidí preguntar en un intento por amortiguar mi hambre.

⏤Si lo que quería era que pareciera una pera, entonces no ⏤respondió con calma pero con una pizca de diversión⏤. Ahora veo porqué su hermano no sabía cómo atar una corbata.

⏤Supongo que no tuvimos quién nos enseñara ⏤me encogí de hombros, indiferente.

Leon por fin se apartó. Había arreglado el desastre que era mi nudo y ni me apretaba. Vaya.

⏤¿Su padre no lo hizo ni con Eugene? ⏤me preguntó, todavía con ese aire cortés y sutilmente elegante que caracterizaba a Alfred Pennyworth, el fiel mayordomo de Batman/Bruce Wayne.

Miré a otra dirección, repentinamente molesto. ¿Por qué tenía que mencionar a ese sujeto de repente?

⏤Ni siquiera lo conoció ⏤respondí, y sin poder ocultarlo dejé en evidencia mi enojo.

No dijo nada. De hecho, estuvo así por mucho tiempo de modo que me atreví a alzar la cabeza otra vez: ya no me miraba a mí, sino a mi habitación.

De forma súbita, una corriente me golpeó y me hizo reaccionar. Pero antes de que pudiera cerrar la puerta, Leon ya estaba dentro y se dirigía a Mali.

Bueno, era su fin.

Cerré la puerta tras de mí, y ahí me quedé.

⏤¿Es una serpiente? ⏤inquirió Leon con asombro y una chispeante nostalgia surcó su rostro⏤. Tenía una cuando era niño...

Parecía emocionado de la misma forma en que lo estaría un niño al ver algo supergenial.

Mali se removió levemente. Lanzó la orden con ciertas ansías:

⏤Dile mi nombre.

⏤Se llama Mali ⏤le informé.

⏤Oh, ¿es venenosa? ⏤preguntó antes de extender una mano hacia el interior del terrario, el cual, como siempre, se encontraba abierto.

Una traviesa sonrisa se dibujó en mi rostro, solo que él no pudo verla. De pronto Mali saltó sobre él y se enredó en su brazo con rapidez.

Sorprendentemente, Leon se mantuvo tranquilo. Sus latidos se aceleraron apenas un segundo y luego se calmó. Interesante...

⏤Los animales huelen el miedo ⏤informó⏤. Si no me muevo brusco no me morderá..¿cierto? ⏤se volvió a mí, un tanto dubitativo.

Resoplé.

⏤Mali no es como todos ⏤dije con seguridad⏤. Ella es diferente. Es inteligente, intuitiva. Te morderá a menos que te lo merezcas..o tenga hambre.

⏤La entrenaste bien, entonces ⏤expresó. Observó a Mali con curiosidad y cierta fascinación.

Seguía quieto, aún contra la puerta, esperando el ataque. Y entonces...

Entonces Mali frotó su cara en la del mayordomo con cariño. CON CARIÑO.

⏤¿Eh? ⏤fue lo que salió de mi boca, casi perplejo.

Leon sonrió ante aquel acto tan afectuoso e inesperado.

⏤Perdón, pero me fue irresistible no hacerlo ⏤confesó Mali aún frotándose contra él. Pestañeé, todavía desconcertado y estupefacto. Su voz casi sonó en un ronroneo⏤. Huele tan bien y es tan..no lo sé.

⏤¿Significa que le agrado? ⏤me preguntó Leon entre suaves risas.

Me crucé de brazos y solté un resoplido/risa sin gracia.

⏤Así parece. Ahora sé cuál es tu tipo ⏤murmuré entre dientes eso último.

Tenía la vista fija en otra parte, pero la volví en el mayordomo al sentirme observado; él me miraba con diversión.

Fruncí el ceño.

⏤¿Qué? ⏤le pregunté.

⏤Ah, lo siento ⏤carraspeó⏤. Es que tiene la misma expresión que hizo Eugene cuando a la pequeña Ophelia le dieron una porción más grande de pastel: está celoso ⏤respondió mientras intentaba deshacerse de Mali, pero ella simplemente no lo soltaba.

«Pero qué~»

Tuve que intervenir. Me acerqué a ellos y jalé a Mali.

⏤Mali, suelta ⏤ordené con firmeza al tiempo que la jalaba por la cola. Sin embargo, la maldita no cedía.

¿Por qué no lo soltaba? ¿Tan delicioso le parecía?

Leon torció el gesto con cierta incomodidad.

⏤Uhm, me está agarrando con más fuerza...

⏤Vamos, Mali ⏤dije en un tono de advertencia, ya molesto.

Siguió sin soltarlo. De pronto la expresión de Leon se contrajo de dolor cuando Mali hizo mucha más presión.

Entonces perdí la paciencia. El grito me salió como un gruñido furioso:

⏤¡¡Mali, ya suéltalo!!

Había gritado con tanta fuerza que incluso Leon se sobresaltó. Okay, quizá fue demasiado.

Pero funcionó, porque Mali por fin lo soltó y volvió al interior del terrario: Leon se apartó con rapidez y yo lo cerré por si se aferraba a él de nuevo.

⏤No tenías que gritar... ⏤refunfuñó Mali.

Suspiré. Me incliné hacia delante, arrepentido por haberle alzado así la voz.

⏤Lo siento, pero no me dejaste opción ⏤me disculpé de forma genuina. Carraspeé, me erguí hundiendo ambas manos dentro de los bolsillos del pantalón y me volví al mayordomo. Fingí afabilidad⏤: Bueno, ya es libre. Puede irse.

Leon se arremangó la camiseta blanca, entonces noté una marca rosácea del cuerpo de Mali dibujada en su brazo. Su piel era tan blanca que la marca se vio imponente. Fue difícil de ignorar.

«Un lienzo en blanco...». Ante ese problemático pensamiento, carraspeé e intenté enfocarme en otra cosa. Entonces Leon se frotó el brazo mientras observaba a su alrededor con desaprobación. Formó una expresión de asco al sentir los desagradables olores.

El desorden era peor debido a que minutos atrás buscaba el broche. Todavía no había tirado las envolturas de las golosinas y latas de refresco y demás. En resumen: era un caos incluso para mí.

⏤Si no tiene el tiempo de limpiar podría hacerlo yo ⏤me dijo con tranquilidad⏤. Soy bastante discreto ⏤añadió eso último alternando la vista entre Mali y yo, como si dijera que no le contaría a nadie sobre ella.

Iba a negarme. Abrí la boca, pero entonces Mali me ganó:

⏤Déjalo.

¿Cómo?

Mali era inteligente y cautelosa. Nunca tomaba decisiones importantes de forma apresurada o basadas en sus emociones (salvo aquella vez que casi muerde al Sr. Ace). Era de confiar, sí, pero aún así no creía que era una buena idea. Ni siquiera lo conocíamos lo suficiente y era bastante sospechoso.

Sin embargo, entre otras razones, fue que dije:

⏤Lo pensaré.

⏤¿Ah? No. Dile que sí ⏤insistió la albina, pero la ignoré.

⏤¿Es tan desconfiado además de hermético? ⏤me preguntó con tranquilidad y un tanto curioso.

⏤¿Desconfiado? Sí. Mi experiencia me hizo así ⏤ladeé la cabeza, ceñudo⏤. Pero, ¿hermético? No soy tan complicado.

⏤Bueno, así le llama su madre y..otras personas.

⏤Lorca no es mi madre ⏤le refuté con severidad.

Suspiró como si yo no tuviera remedio.

⏤Sé que no..disfruta de su presencia, pero debe dejar de negar la realidad. En cuanto más rápido la acepte, será más fácil sobrellevar el problema. Y quién sabe, quizá logre darle una segunda oportunidad.

⏤Y una mierda ⏤solté casi al instante. La voz me salió casi en un gruñido⏤: Y por favor, no vuelvas a hablar como si supieras toda la jodida historia.

⏤Entonces dígame, ¿cuál es la verdad?

Emití un resoplido/risa sin gracia al tener la impresión de que creía que se lo diría.

⏤No estamos en un confesionario ⏤expresé con incredulidad.

De pronto, el celular de Leon vibró. Hundió la mano en el interior del bolsillo de su pantalón y, para mi sorpresa, sacó un celular de tapa.

⏤Ya no se usa esa clase de celulares, ¿sabías? ⏤inquirí, extrañado y divertido.

Volvió a guardar el móvil después de leer algo.

⏤Es más..práctico ⏤dijo con simpleza⏤. Además, solo lo necesito para poder comunicarme con los Newman. Ahora, si me disculpa, tengo que ayudar a la señorita Ellie con algo.

⏤Ellie ⏤repetí en voz baja, pensativo.

Leon me dio la espalda y comenzó a caminar hacia la puerta mientras arreglaba sus mangas. Antes que se fuera lancé la pregunta:

⏤¿Es tu hermana secreta o algo?

Así. Sin rodeos.

Se detuvo casi de golpe y se volvió hacia mí. Al principio la pregunta lo desconcertó, no se lo esperaba, pero luego sonrió sin mostrar los dientes. Fue una sonrisa amable, inocente.

⏤No. No tarde, pronto saldremos.

Y entonces reanudó su caminata. Observé su espalda irse, suspicaz, y no aparté la mirada ni cuando cerró la puerta.

⏤¿En serio pensaste que te lo diría? ⏤me preguntó Mali, ceñuda.

Alcé los hombros.

⏤Tenía que intentarlo ⏤me volví a ella para quejarme⏤: ¿Ya me dirás qué carajos te sucedió? ¿Por qué no lo mordiste? ¡¿Y por qué no me dijiste que me había visto?!

⏤¿Me enamoré? ⏤respondió con duda.

⏤Y una mierda. No podemos tenerlo cerca, mucho menos aquí ⏤hice un movimiento con la mano señalando todo el dormitorio⏤. Es peligroso.

⏤Oye, tú tienes al tuyo, déjame conservar a este.

Formé una expresión rara.

⏤¿Eh? ⏤mis ojos se abrieron al darme cuenta de algo⏤: Espera, las veces que salías de aquí sin mí, ¿era para verlo a él? ⏤pregunté, casi perplejo.

Su silencio me lo confirmó.

No-pu-ede-ser.

⏤Joder, ¿es en serio? ⏤inquirí con exasperación y desconcierto.

Pero no hubo tiempo para más preguntas/quejas, porque en ese momento Eugene me llamó desde abajo; quería que bajara.

No estábamos tan lejos de las escaleras, por lo que podía bajar sin parecer sospechoso al ser capaz de oírlo desde mi dormitorio.

Exhalé con fuerza antes de abrir el terrario. Salí junto a Mali después de hacerla prometer no lanzarse sobre Leon de nuevo.

Por un segundo deseé que ella también pudiera regenerarse...

            
            

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