/0/7397/coverbig.jpg?v=16e4de710fb67c2f94ad17974f86954d)
La hora de el desayuno fue un tanto incómoda.
Desperté sintiendo fatal, pues no había dormido lo suficiente. En todo el tiempo estuve en silencio, bebiendo de mi desayuno. Sabía a manzana.
Mi cuerpo se tensó al ver entrar a Leon, y una absurda necesidad por reír me atenazó cuando el rubio pasó por mi lado para entregarle a Linda uno de los juguet