La maldita tormenta no ayudaba a relajarme, cada vez era más intensa, y la sensación de estar perdido se hizo presente en mis pensamientos.
A ello se le debía sumar el constante sonido de algo que se movía entre la vegetación, tenía la certeza de que algo había ahí, si o si, pero seguía sin saber el que, pero la idea de investigar no era muy acoged