Capítulo 3 Pasos detrás tuyo

Pero mi sorpresa fue al salir y dar mis primeros pasos por aquel panorama, afuera todo estaba lleno de sangre y la oscuridad invadía todo los rincones de aquel mundo de pesadilla, pero no se oía nada, todo era silencio absoluto, muy incómodo.

Seguí caminando temeroso de lo que me podía encontrar en aquel paradero, de un momento a otro empezó a sonar el arrastre de algo metálico por el suelo, luego unos gritos desoladores e inquietantes le siguieron, avanzando fui reconociendo aquel mundo, era donde yo trabajaba, a la derecha debían estar los baños, y efectivamente, allí estaban, comprobé si estaban abiertos, pero no fue así.

Entonces sentí algo pasar bajo mis pies, el suelo ahora estaba formado por rejas metálicas que al caminar por ella hacían un ruido muy agobiante, y además al echar la vista abajo se veía un gran vacío, de repente una sombra muy cerca de mí, corría sin parar, la empecé a seguir sin saber a donde quería ir. pero la perdí de vista, me detuve en medio de un pasillo, estaba cansado, me costaba respirar, pero las paredes de aquel pasillo no estaban cubiertas de sangre, mantenían el color blanco original de mis oficinas, pero tardaron poco en aparecer unas letras que formaban un mensaje con sangre "No huyas"

No entendí nada, decidí dar la vuelta e ir por otro lado, pero atrás solo había otra pared, estaba encerrado por cuatro paredes, las cuales se fueron cubriendo de sangre lentamente, posteriormente por arte de magia aparecieron dos puertas, y una de ellas se abrió sola, para luego acabar saliendo algo horrendo de ella.

Un monstruo con forma de mujer, lo horripilante del monstruo era su aspecto, llevaba como atuendo un vestido que le dejaba al descubierto parte de sus pechos, su piel era gris, parecida a la de un muerto, no tenía rostro, ni orejas, su boca sin dientes babeaba sangre, su cuello era atravesado por unas agujas de pequeño tamaño, sus rodillas estaban unidas por una aguja aún más grande, esto le dificultaba el caminar y provocaba que diera pasos balanceándose de un lado a otro, como un borracho, sus brazos estaban puestos hacia atrás y se incrustaban en la espalda.

Totalmente perturbador, y para añadir más agobio, dicha bestia emitía un sonido parecido a un estornudo constantemente, era realmente impactante verla allí.

Pero cada vez estaba más cerca, avanzaba a un paso lento, pero seguro, por otro lado no tenía con que combatirla, solo me quedaba la opción de huir, y para sorpresa mía había vuelto a aparecer la puerta por la que anteriormente había accedido a la sala, salí de allí rápidamente, sin mirar atrás, por miedo a lo que podía aparecer ante mis ojos si lo hacía, mi respiración apresurada me ponía más nervioso, abría las puertas sin saber si estaba yendo por el buen camino, hasta que llegué a una sala grande, parecía tranquila, pero al instante me percaté de la presencia de un gigante, con unos pasos silenciosos me oculté tras una pequeña columna, allí lo vi todo, vi como el gigante estaba violando a otro monstruo, llegado un momento se detuvo, caminó hacia su gran cuchilla, y gritó mi nombre.

Entonces trozos de la pared se empezaron a caer poco a poco, el suelo temblaba con cada pisada del gigante, volví a mirar hacia donde debía estar, pero por desgracia había desaparecido, pero sus pasos se oían cada vez más cerca.

Decidí acercarme al centro de la sala, donde había un poco más de luz, allí estaba la monstruo con aspecto de mujer totalmente llena de heridas y muerta, respiré hondo, y mil preguntas sacudían mi cabeza, y al no obtener respuestas me agobiaba aún más.

Seguí allí durante un buen tiempo, notaba la soledad, soledad bastante incómoda al estar en un lugar semejante a las peores pesadillas, solo acompañado de gritos lejanos, del sonido de una cuchilla arrastrándose, de las gotas de sangre cayendo al frío suelo, sentía un gran vacío en mi interior, era tal la desagradable sensación que pensé que estaba en mi agonía.

El romper del suelo me alejó de aquellos pensamientos, el suelo se había fracturado formando un gran circulo, solo dejando una pieza conmigo en el centro, me acerqué el borde para investigar, aunque no me alegraba mucho hacer eso, pero la curiosidad me hizo ver un abismo, era totalmente oscuro, pero poco a poco empezaron a aparecer ojos rojos, parecían sombras, cada vez eran más, empezaron a ascender, salieron del abismo y comenzaron a correr por la sala, parecían niños, en este preciso momento me dejé dormir, mientras dichas sombras se movían por todo el espacio de aquella estancia.

            
            

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