Capítulo 9 No le hagas daño

Cansado, me dejé dormir en medio del trayecto, pero me despertó un brusco estampido, me incorporé lentamente, observé el panorama, estaba solo otra vez, el autobús se había estrellado contra un edificio enorme, caminé hacía el puesto del conductor, lo encontré dormido con la cabeza apoyada en el volante, le toqué dos veces el hombro, pero no reaccionó, la radio emitía una melodía tocado por un piano, cogí el micrófono, intentando llamar a alguien, pero la radio se apagó.

Sin nada que hacer allí, bajé las escaleras de la puerta delantera del transporte, entonces fue cuando la radio empecé a emitir sonidos extraños.

-¿Hola? ¿Hay alguien ahí? Por favor respondan, necesito ayuda, mi nombre es Peter, no sé dónde estoy ¿Me oye alguien?

No recibí respuesta rápida, mis palabras no sirvieron para nada, la radio se volvió a apagar, frustrado, deje el micrófono donde estaba antes.

-¿Te da miedo estar solo Peter?- una voz diabólica se oyó por la radio y entre interrupciones se escuchó débilmente el nombre de Zoofie, pero de nuevo se apagó la radio, volteé la cabeza hacia fuera de la puerta delantera, allí estaba la sombra de Zoofie otra vez, y a los pocos segundos salió corriendo dejando huellas de sangre en la carretera.

-¡Espera!- la perseguí durante un tramo, pero la perdí de vista, al instante el sonido de un trueno se dejó oír, el cielo se enrojeció, y la lluvia era sangre, pero esta no irritaba la piel, a mi lado derecho el sonido del muelle de una puerta captó mi mirada y mi atención, la puerta se movía hacia dentro y hacia fuera, como si alguien hubiera entrado o salido por ella hace escasos instantes, me dirigí hacia allí, entré y me encontré en medio de un centro comercial, en su interior solo había silencio, y el leve golpear de las gotas de sangre en el techo.

Cerré la puerta por donde había entrado, caminé lentamente hacia el centro de la planta, el sonido de un objeto cayendo por una de las escaleras mecánicas me puso en alerta, solo era una manzana, pero debía suponer que alguien la había tirado, pero... ¿Quién?

De repente todo el edificio se iluminó, las escaleras mecánicas se pusieron en marcha, miles de sombras empezaron caminar delante de mí, y se comportaban como si estuvieran de compras, caminé entre ellas, las tiendas estaban abiertas como un día laboral cualquiera, no daba crédito a lo que estaba viendo.

Me dirigí hacia uno de los pasillos principales, en él había un rastro de sangre abundante, lo seguí, pero no muy convencido de lo que estaba haciendo, en medio de este caminar, un cadáver cayó del techo, cuando miré hacia arriba, habían cientos de ellos ahorcados allí, me dio un escalofrío importante, y no sé si era fruto de mis sentidos equivocados, pero noté unos llantos provenientes de esos cuerpos inertes, o tal vez no tan inertes, pero investigar si estaban vivos no me hacía mucha gracia.

Seguí caminando, en un estado más alerta, a medida que pasaba por delante de una tienda, las luces de su interior se apagaban, y en las paredes se empezaron a escribir mensajes con vómitos:

"¿Cuánto miedo tienes de afrontar las cosas Peter?

¿Aún la recuerdas?

El verdadero miedo es no saber quién eres, ni lo que quieres.

La única forma de avanzar es aceptar cuando se tiene la culpa.

¿Les tienes miedo?

¿Recuerdas este lugar?

No intentes negar tu pasado.

¿Serás capaz de mirar o huirás?

Detente, tienes que aprender a no huir."

Entonces me encontré al borde de un precipicio, un precipicio que de alguna manera difícil de explicar te intentaba absorber, y si mi oído no me falla, se oía una voz grave, decía algo, pero no entendía el que.

-Ahora Peter, aprenderás a no huir- dijo otra voz en la lejanía.

Pero tampoco podía retroceder, de repente tuve otra visión del pasado, allí estaba con Zoofie, comprando, en un día normal.

-Te he comprado un regalo, para que nunca nos alejemos- decía Zoofie, pero habían como interferencias, intente pasar al otro lado, aunque fuera saltando, pero una especie de barrera invisible me lo impedía.

-Siempre vas a estar ¿Verdad?

-Por supuesto mi vida- entonces hubo más interferencias, y cuando pude ver claramente otra vez Zoofie estaba sola, permanecía sentada en un banco, con el regalo, parecía triste, cansada de esperar, sin esperanza, sin una atisbo de alegría.

-¿Dónde estabas Peter? ¿Dónde dejaste esas palabras? ¿Cuándo decidiste marcharte? ¿Cuándo te dejó de importar ella?

-¡JAMÁS!

-¿Y por qué no volviste?

-¡No lo sé!

Entonces Zoofie me miró con tristeza, intente llamarla, decirle algo, pero ella no me oía, y más interferencias emborraron la realidad, ahora detrás de ella estaba el gigante del metro.

-¡NO LE HAGAS DAÑO! ¡NO LA TOQUES HIJO DE PERRA! ¡DÉJALA EN PAZ!- pero el gigante ignoró mis palabras, la sujetó del cuello con su mano de grandes dimensiones, y la fue asfixiando poco a poco- ¡POR FAVOR NO LE HAGAS DAÑO! ¡ELLA NO TIENE CULPA DE NADA! ¡MALDITO HIJO DE PUTA! ¡ZOOFIE LO SIENTO, LO SIENTO!

Al final el monstruo le rompió el cuello y la tiró al suelo, posteriormente se alejó de allí, entonces la barrera invisible desapareció y el suelo se reconstruyó, dándome la posibilidad de pasar a donde estaba su cuerpo yacente, la cogí en brazos, totalmente agotado y abatido por lo sucedido.

-¡Lo siento de verás! La culpa es mía, perdóname- mis lágrimas humedecieron la tela de su camiseta.

-Bien, Peter, encuentra el camino para ir a ese lugar- y el cadáver de Zoofie desapareció de mis brazos.

Pero el paisaje se transformó de nuevo, las paredes se ensangrentaron, los azulejos se cayeron de la pared, los carteles igual, los cristales de los escaparates se mancharon de sangre, además terminaron teniendo grietas, como si alguien los hubiera golpeado brutalmente, otra vez estaba en la pesadilla del vacío.

            
            

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