/0/16304/coverbig.jpg?v=1af157e86ad226580b4de8533906ea16)
Joaquín
Estaba caminando hacia mi escritorio, distraído como de costumbre.
Odiaba la oficina.
No porque fuera un lugar particularmente terrible, sino porque no podía hacer lo que realmente quería: besar a Camila frente a todos y gritar que era mía.
¡Pero no! Tenía que seguir con esta estúpida fachada de pasante, aguantando que Ramiro se pav
COPYRIGHT(©) 2022