Había estado acostumbrado a la oscuridad en mi apartamento que cuando la luz traspasó la ventana, fue imposible mantenerme en aquel sueño profundo. Me negué a abrir los ojos por largos minutos, mi cabeza dolía y sentía la boca seca. Después aquel aroma embriagante fue lo que me hizo abrir los ojos, recordando poco a poco secuelas de lo que había si