Me senté en la cama, y él me siguió colocándose de rodillas. Tomó uno de mis pechos con su boca, y comenzó a succionar.
-Oh... -gemí perdida entre su boca, al menos recordando como eran sus besos. Le extrañaba, porque con Eliana era otra persona.
Mordisqueó la aureola, y luego le brindó atención a mi otro pecho. Sus manos bajaron, hacia mi omblig