Los días pasaron a ser en semanas, luego en meses.
Tres años después de aquello, me encontré cepillando el cabello de mi hija. Emma, estaba con su muñeca preferida.
-Lista, hermosa como papá –susurré divertida y la niña aplaudió.
-Papá... papá...
Me reí, y le di muchos besos.
La tomé entre mis brazos, para avanzar hacia la oficina del. Sonreí tra