Comencé a buscar los placeres en mujeres. Después de ese día, me encontré en burdeles bebiendo. Mirando enormes traseros, pero nada de eso me llenaba. Sentía una rabia enorme, imaginando a Alexa en los brazos de Mateo.
-Eso... no te hará bien –comentó una voz femenina junto a mí. Nunca después de una semana, había tocado ninguna mujer. Ya tenía has