Y al pasar varios días, Alexa se sintió feliz. Llevaban dos semanas de intenso amor, visitándose e incluso ambos quedándose a dormir en la casa del otro. Lionel, ingresó a la oficina ese día con una idea fija en la mente.
-Emi ¿podemos hablar? –quiso saber algo nervioso, sin saber que respondería Alexa. La misma acercándose a él, sosteniendo su man