El sol comenzaba a asomar en el horizonte, pero la noche aún mantenía su firmeza sobre Nueva York. En el penthouse, las sombras de la madrugada se alargaban a través de las paredes, proyectando siluetas inquietantes. Lucía se encontraba en la esquina de la habitación, mirando el mar de luces que se extendía ante ella. Los pensamientos la atormentab