Lucía se despertó antes de que el sol llegara a iluminar el horizonte, el silencio en su apartamento era denso, como si la ciudad misma estuviera conteniendo la respiración. El peso de la decisión que había tomado la había dejado agotada, pero también decidida. El compromiso con Eliseo era un riesgo, pero no podía darse el lujo de quedarse de brazo