El sonido de las teclas del ordenador se mezclaba con el repiqueteo de la lluvia en el cristal de la oficina. Lucía estaba absorta en el informe que tenía frente a ella, sus ojos recorrían las páginas con una precisión que denotaba una mente que no descansaba. Aunque todo parecía estar bajo control, en su interior había una presión constante, como