El sonido de la lluvia golpeando los cristales de la mansión parecía acentuar el silencio en el salón. Lucía observaba a Maximus, que de alguna manera siempre parecía tener la situación bajo control, aunque había algo en su postura que indicaba que no todo estaba tan claro como él quería hacer creer. La llegada de Alejandro había roto un poco la te