El aire en la limusina que los llevaba por las calles desiertas de la ciudad parecía más denso que nunca. Lucía se sintió atrapada entre las lujosas cortinas de terciopelo, con las luces de la ciudad parpadeando fugazmente a través de los cristales oscuros. No podía dejar de pensar en lo que acababa de suceder. El hombre que los había abordado en e