La noche era una cortina densa que apenas dejaba filtrar la luz de los edificios lejanos. En el escondite improvisado, Lucía y Alejandro estudiaban el mapa que tenían desplegado sobre la mesa, marcado con las ubicaciones estratégicas de las propiedades de Ávila y Maximus. Sus respiraciones eran lo único audible en el silencio, aparte del zumbido oc