Eliseo observó a Lucía y Alejandro con una mezcla de desprecio y lástima, como un depredador que disfrutaba con la lucha de su presa antes del golpe final. Los pasos que resonaban desde las sombras se intensificaron, y pronto, tres hombres de apariencia intimidante emergieron, cada uno armado con pistolas que apuntaban directamente hacia ellos.
-No